Lo que ha dicho Marie es la verdad. Es más que la voz de una sobreviviente; ella tiene un punto de vista general sobre lo que es necesario
(C. Doody/Agencias).- Los obispos deben ejercer un cuidado especial para no causar daño moral o espiritual, al no abordar con la diligencia debida las acusaciones de abusos por parte de sacerdotes. El periódico vaticano L’Osservatore Romano ha recordado, de esta forma, que rige para toda la Iglesia un procedimiento de remoción de obispos negligentes en el ejercicio de ésta y otras funciones.
La advertencia fue publicada en el rotativo, órgano de difusión del Vaticano, con la reiteración de una carta que el Papa Francisco difundió en junio de 2016 en forma de Motu Propio –Como una madre amorosa– en la que señaló que la Iglesia «cuida y protege con afecto particular a los más pequeños e indefensos».
En su misiva, el Papa resaltó que incluía entre las «causas graves» para la remoción del ejercicio eclesiástico está «la negligencia de los obispos» en su oficio, «en particular cuando se refieren a los casos de abusos sexuales contra menores y adultos vulnerables».
En 5 artículos, el protocolo papal advierte sobre la importancia de la atención vigilante e insiste con la puesta en práctica de un canon del Código de derecho canónico y de las Iglesias orientales, aunque no se trata de procedimiento penal, dado que solo apunta a los casos de «negligencia».
Por eso, según lo explicado por el diario, no está llamada en causa la Congregación para la Doctrina de la Fe, sino que la investigación corresponde a las cuatro Congregaciones competentes: Obispos, Evangelización de los Pueblos, Iglesias Orientales e Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Además, apuntó que por tratarse de decisiones importantes acerca de los obispos, la aprobación específica para la remoción depende del Pontífice.
De acuerdo con el último artículo de la carta escrita por el Papa Francisco, ese procedimiento entró en vigor el 5 de septiembre de 2016.
Miembros de la Comisión anti-abusos respaldan a Marie Collins
Miembros de la Comisión anti-pederastia del Papa Francisco en materia de abuso sexual prometieron el domingo que proseguirán con su trabajo incluso sin la participación de víctimas de abuso en la Comisión, tras la renuncia de una respetada defensora de menores.
La Comisión concluyó el domingo una junta plenaria asegurando que encontraría «nuevos caminos» para garantizar que víctimas de abuso sexual de parte del clero sean quienes tracen e informen sobre sus labores. Sin embargo, no ofrecieron detalles ni anunciaron si otras víctimas serían nombradas miembros del panel más adelante.
La irlandesa Marie Collins, víctima de abuso sexual y una de las fundadoras de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, renunció el 1 de marzo tras denunciar una «inaceptable» resistencia a las propuestas de la Comisión por parte de la oficina de doctrina del Vaticano, la cual es responsable de procesar casos contra sacerdotes responsables de abuso sexual.
Collins mencionó en especial el presunto rechazo de la Congregación de la Doctrina de la Fe a implementar propuestas aprobadas por el Papa y a colaborar con la comisión.
En un comunicado emitido el domingo, la comisión manifestó su apoyo a Collins y, por separado, varios miembros dijeron estar absolutamente de acuerdo con sus críticas a la oficina de Doctrina.
«Lo que ha dicho Marie es la verdad», señaló Catherine Bonnet, una psiquiatra infantil francesa y autora de publicaciones sobre abuso infantil. «Es más que la voz de una sobreviviente; ella tiene un punto de vista general sobre lo que es necesario».
La baronesa Sheila Hollins, una psiquiatra y especialista en abuso infantil, dijo que la Iglesia se ha inclinado a ver el problema de abuso por parte de clérigos desde un punto de vista puramente canónico o desde la perspectiva jurídica, cuando de hecho se requiere un enfoque multidisciplinario para atender el trauma perdurable que sufren las víctimas.
«Algunos líderes de la Iglesia lo entienden, y algunos líderes no», comentó Hollins.