Festing ha desatendido una vez más los deseos del pontífice, el delegado pontificio, Angelo Becciu, y sus propios hermanos en la Orden
(Cameron Doody).- Matthew Festing desobedece otra vez más al Papa Francisco. El ex-Gran Maestre de la Orden de Malta ha llegado a Roma para acudir este sábado al voto que elegirá su sucesor, desafiando así la petición que le llegó desde el Vaticano de que no reabriera «viejas heridas» y que no estorbara la «paz y armonía» que reinan tras la intervención del Papa de la congregación.
Hace ya un par de semanas, el delegado personal de Francisco a la Orden, Angelo Becciu, escribió a Festing para pedirle un «acto de obediencia» y «gesto para el bien» de la cofradía: que se abstuviera esta vez de viajar a Roma. «Muchos» caballeros, apuntó Becciu, le habían expresado su «deseo» de que el ex-Gran Maestre no se presentara en la Ciudad Eterna para así exacerbar la «desorientación» y el «profundo sufrimiento» que ocasionó cuando conspiró, junto con el cardenal Raymond Burke, para echar de su cargo al ya reinstituido Gran Canciller, Albrecht Freiherr von Boeselager.
Una vez más, como cuando se opuso abiertamente a la comisión de investigación que estableció el Papa para esclarecer las circunstancias de la salida de von Boeselager, Festing ha desatendido los deseos del pontífice, el delegado pontificio y sus propios hermanos en la Orden. Ya está en Roma, y el feo que ha hecho al Papa ya proyecta una oscura sombra tanto sobre el voto como sobre la reunión que el pontífice ha mantenido la tarde de este jueves con Becciu y otros miembros de la cúpula de la orden.
Encabezando la agenda para el encuentro de esta tarde ha sido el deseo del Papa de que se elija este sábado un líder interino de la Orden que sirva solo por un año, no por vida como es el costumbre de los caballeros. El motivo: para poder pasarle página a la crisis que provocaron Festing y Burke, y también para avanzar en la renovación y modernización de una orden que, en muchos aspectos, aún parece una reliquia de la Edad medieval. Tarea para la que el ex-Gran Maestre es manifiestamente inadecuado, tal como han observado en repetidas ocasiones muchos miembros de la propia orden, el delegado pontificio y hasta el Papa mismo.
El desacato al pontífice en el que se encuentra Festing por su presencia en Roma se agrave aún más al dar cuenta de las declaraciones que ha ofrecido un aliado suyo que se ha reunido esta tarde con Francisco. «Yo espero que el Papa nos dé orden de que nos marchemos», declaró antes la cita Ian Scott, un caballero senior inglés, al Tablet. «Si le hacemos caso o no, eso no lo sé».
De los alrededor de 13.000 miembros de la Orden de Malta que hay en el mundo, solo Festing y otros once caballeros serán elegibles este sábado como Gran Maestre, incluido uno que ya tiene 97 años. La razón son las anticuadas normas de la congregación que estipulan que este cargo solo lo puede ocupar un caballero que ha profesado los votos cuasi-monásticos de pobreza, castidad y obediencia y que además cuenta con un linaje noble de más de trescientos años. Otros tantos motivos más estos de mayor democracia e igualdad que hacen que muchos deseen que Festing no perjudique la reforma que el Papa tanto quiere para la Orden.