La 'Carta de Leuca' 2017 pide entre otros puntos la creación de corredores humanitarios nuevos y más amplios, que brinden sostén, acogida e inclusión social y que se ponga fin de forma clara al comercio de armas
(C.D./RV).- «Una oportunidad de crecimiento humano, de encuentro y de diálogo». Nuestros «hermanos y hermanas migrantes» son todo esto, y más, para el Papa Francisco, quien ha hecho llegar su respaldo a los responsables de la ‘Carta de Leuca’. Carta que viene a ser una llamada a la comunidad internacional a poner fin al tráfico de armas y a establecer «corredores humanitarios nuevos y más amplios que brinden sostén, acogida e inclusión social».
Con el anhelo de que «el evento suscite un compromiso cada vez más generoso, favoreciendo la cultura de la acogida y de la solidaridad y promoviendo la paz y la fraternidad entre los pueblos», el Santo Padre dirigió un Mensaje a monseñor Vito Angiuli, obispo de Ugento, Santa María de Leuca, en la región italiana de Pulla.
El Papa alienta «a la comunidad cristiana de este territorio, a los jóvenes provenientes de los países que se asoman al Mediterráneo -de allí precisamente el nombre del encuentro, ‘Mediterráneo: puerto de fraternidad’– , así como a todas las personas de buena voluntad, a considerar la presencia de tantos hermanos y hermanas migrantes como una oportunidad de crecimiento humano, de encuentro y de diálogo, así como una ocasión para anunciar y dar testimonio del Evangelio de la caridad».
Dirigiéndose a los poderosos de la Tierra y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, la ‘Carta de Leuca’ 2017 pide entre otros puntos la creación de corredores humanitarios nuevos y más amplios, que brinden sostén, acogida e inclusión social y que se ponga fin de forma clara al comercio de armas y que se invierta en agricultura para el desarrollo humano integral y el derecho a permanecer en paz en las comunidades propias.
«Declaramos que la fraternidad es fruto de la misericordia», afirma también el documento y añade: «deponemos toda lógica de oportunismo y de reivindicación para hacer nuestra la lógica de perdonar y de levantar. Reconocemos que perdonar es la declinación exacta del verbo amar y que sólo el amor auténtico, vivido concretamente, es criterio de desarrollo de un humanismo integral, universalmente reconocido y compartido».
250 jóvenes, de 31 países, de diversas culturas y religiones, compartieron cuatro días de reflexiones dedicados a la fraternidad y a la cooperación. Con la participación entre otros de la Conferencia Episcopal Italiana, de Pax Christi, y de Cáritas italiana.
Un año más, la peregrinación de la noche del 13 al 14 de agosto comenzó ante la tumba de Don Tonino Bello, que fuera obispo de la diócesis italiana de Molfetta, cuyo proceso de beatificación comenzó en 2007. La peregrinación terminó en la basílica mariana de Leuca.
«Hacerse últimos significa, sobre todo, conocer los mecanismos perversos que generan sufrimiento». Ésta y otras frases célebres de Don Tonino inspiraron el encuentro y el manifiesto de Leuca 2017.