Fuentes jesuitas apuntan a que el purpurado podría recibir pronto esta otra misión para añadir a su ya impresionante currículo al servicio de la Iglesia
(Cameron Doody).- Cardenal de Chicago, miembro de la poderosa Congregación para los Obispos, y ¿ahora Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede? El nombre de Blase Cupich suena fuerte como posible sustituto del cardenal George Pell al frente del ministerio de finanzas vaticano, tras la marcha en junio del purpurado australiano, para defenderse en su país natal de acusaciones de abusos de menores.
El periódico Sun Times de la ciudad en la que el cardenal Cupich es arzobispo se encuentra entre las publicaciones que se han hecho eco de dicho rumor, publicando este fin de semana que fuentes jesuitas apuntan a que el purpurado podría recibir pronto esta otra misión para añadir a su ya impresionante currículo al servicio de la Iglesia.
Desde que el Papa lo eligió en 2014 para encabezar la Iglesia de la llamada «Ciudad de los Vientos», el cardenal Cupich ha ido profundizando, cada vez más y en el contexto estadounidense, en la reforma a la que Francisco sigue llamando a la Iglesia. Tanta es la sintonía y confianza mutua que se han desarrollado entre pontífice y purpurado desde entonces que el Sun Times informa que el cardenal Cupich ya es prácticamente un «visitante mensual» de la Ciudad Eterna.
Ya hace casi cuatro meses, tras ser acusado formalmente en Australia de abusos a menores, el cardenal Pell -‘ministro’ de Economía del Vaticano desde 2014- pidió al Papa una excedencia del trabajo, que le fue concedida. Dejó tras de sí una Secretaría en mitad de un proceso de reforma, modernización y adaptación a las normas internacionales de transparencia y mejores prácticas. Por no decir nada de un buen puñado de oficiales curiales un tanto molestos con él por lo que consideraban sus «maneras bruscas», su complejo de «superioridad cultural» y sus intentos hasta «costosos», «ineficaces» y hasta «torpes» de limpiar los fondos del Vaticano.
Si bien se trata, por ahora, solo de un rumor, no cabe duda alguna de que el posible nombramiento de Cupich al frente de la Secretaría de Economía del Vaticano sería un buen fichaje para la causa de las reformas de Francisco. El purpurado no solo se ha revelado como un gestor más que eficaz en sus tres años al frente de la archidiócesis de Chicago, sino que ha defendido a ultranza al pontífice en cada oportunidad que ha tenido.
La última vez, por ejemplo, el mes pasado, cuando Cupich calificó el nuevo motu proprio del Papa sobre las traducciones litúrgicas como «un paso muy bienvenido y muy necesario del Santo Padre» y «una aclaración de lo que pretendía el Vaticano II».