La identidad del visitador, ahora revelada (monseñor Casaretto), era conocida por tres personas: el Papa, el prefecto de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet; y el propio Maradiaga
(Jesús Bastante/Agencias).- Novedades en el ‘caso Maradiaga’. Por un lado, el portavoz vaticano Greg Burke, confirmó este mediodía que el Papa Francisco encargó personalmente una investigación en la diócesis de Tegucigalpa. Por el otro, distintas afirmaciones sostienen que las denuncias contra el purpurado no tienen base alguna, y que la citada investigación fue promovida por Bergoglio, con la aquiescencia del cardenal hondureño, uno de los principales colaboradores del Pontífice.
Según informa Efe, Burke subrayó que aún no se conoce el resultado de la misma. La respuesta vaticana viene después de que el semanario italiano «L’Espresso» denunciara que el cardenal de Tegucigalpa, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, cobró supuestamente durante años unos 41.600 dólares mensuales procedentes de la Universidad Católica de la capital de Honduras.
Al tiempo, la información, firmada por Emiliano Fittipaldi (uno de los dos periodisas imputados por el ‘Vatileaks II’), hablaba de una investigación encargada por el papa Francisco sobre «las inversiones millonarias y sobre el comportamiento inapropiado del obispo auxiliar de la diócesis de Tegucigalpa, Juan José Pineda«. Dicha investigación ha sido confirmada por la Santa Sede, pero no las verdaderas razones de la misma.
Así, tal y como recoge Stanze Vaticane, «Bergoglio no tiene intención de renunciar a la ayuda de uno de sus grandes electores». En un artículo, además se vincula el reciente dicurso navideño del Pontífice a la Curia, como «una respuesta, dura y firme, a los últimos ataques contra uno de sus más cercanos colaboradores», el propio Maradiaga.
Según Fabio Marchese, la información de Fittipaldi respondería a un ataque que coincide con la edad de jubilación del purpurado, coordinador del C9 y una de las personas de mayor confianza del Papa. Maradiaga cumple 75 años el próximo 29 de diciembre.
Según estas informaciones, la investigación de Fittipaldi habla de un ‘salario’ que Maradiaga percibiría por parte de la Universidad Católica de Tegucigalpa. Sin embargo, dicha cantidad (unos 35.000 euros mensuales) no aparecen en la cuenta del cardenal (que no dispone de cuenta bancaria), sino en la de la Archidiócesis, que mantiene un acuerdo con la Universidad según el cual utiliza ese dinero para pagar el sueldo de todo el clero, unos 120 sacerdotes, y para la supervivencia de docenas de parroquias, muchas de ellas en áreas rurales totalmente abandonadas.
En lo tocante a la investigación, Marchese cita fuentes vaticanos para afirmar que la misma fue solciitada por el auxiliar de Maradiaga, Juan José Pineda, «para silenciar la avalancha de calumnias dirigidas contra él». La identidad del visitador, ahora revelada (monseñor Casaretto), era conocida por tres personas: el Papa, el prefecto de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet; y el propio Maradiaga.
«Es un ataque sorprendentemente puntual, porque pronto el cardenal Maradiaga tendrá que presentar su renuncia», afirman colaboradores autorizados del Papa, que añaden que hace unos días, durante las reuniones del C9, el Pontífice le habría pedido a Maradiaga que continuara. Y es que, concluye el artículo, «Bergoglio no tiene intención de renunciar a la ayuda de uno de sus grandes electores«.