'Aprender a despedirse', nuevo Motu Proprio del Papa sobre la jubilación del personal de la Curia

Francisco reclama a la Curia «despojarse de los deseos de poder y de las pretensiones de ser indispensables»

Bergoglio modifica la normativa sobre jubilaciones de nuncios, obispos de la Curia y prelados secretarios

Francisco reclama a la Curia "despojarse de los deseos de poder y de las pretensiones de ser indispensables"
Francisco, a los curiales RV

Cuando el Papa opte por prolongar el servicio de este personal, la decisión "no debe ser considerada como un privilegio o un triunfo personal, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o cercanía"

(J. Bastante).- ‘Aprender a despedirse‘ es el título del nuevo Motu Proprio promulgado hoy por el Papa Francisco y que afecta a las jubilaciones de nuncios, obispos de la Curia (no cardenales) y prelados secretarios, que a partir de ahora no cesarán automáticamente en sus funciones al cumplir los 75 años. Como los obispos, a partir de ahora, tendrá que presentar su renuncia, que el Papa aceptará o no.

Junto a una serie de modificaciones legislativas, ‘Imparare a congedarsi’ sí hace honor a su título al subrayar la importancia de «prepararse adecuadamente» para dejar los cargos de responsabilidad en la Iglesia, «despojándose de los deseos de poder y de las pretensiones de ser indispensables».

Esto, señala el Papa, permitirá afrontar este momento con paz y confianza, en vez de ser un momento doloroso y de conflicto. «Quien asume en la verdad esta necesidad de renunciar – escribe el Pontífice – debe discernir en la oración como vivir la etapa que está por iniciar, elaborando un nuevo proyecto de vida, marcado por cuanto sea posible por la austeridad, humildad, oración de intercesión, tiempo dedicado a la lectura y disponibilidad para brindar simples servicios pastorales».

En el documento, Francisco precisa que, a partir de ahora, los encargos pontificios no cesan ‘ipso facto’ al cumplir los 75 años, sino que precisa de la decisión del Pontífice, quien podría extender el mandato de nuncios y personal curial quienes, no obstante, habrán de presentar su renuncia al cumplir los 75 años. Tal y como sucede con los obispos diocesanos.

 

 

La Carta Apostólica precisa que, cuando el Papa opte por prolongar el servicio de este personal, la decisión «no debe ser considerada como un privilegio o un triunfo personal, o un favor debido a presuntas obligaciones derivadas de la amistad o cercanía, ni siquiera como gratitud por la eficacia de los servicios prestados».

«Esta decisión pontificia no es un acto automático, sino de gobierno; de consecuencia implica la virtud de la prudencia que ayudará, a través de un adecuado discernimiento, a tomar la decisión apropiada», añade Francisco.

Entre las razones para continuar en el cargo una vez cumplidos los 75 años, el Motu Proprio subraya la necesidad de «completar adecuadamente un proyecto provechoso para la Iglesia«; la conveniencia de asegurar la continuidad de obras importantes; el período de transición de un Dicasterio; o la importancia de la aportación de una persona concreta en casos determinados.

En la práctica, Bergoglio establece que, al cumplir los 75 años, los obispos diocesanos y eparcas, como también los obispos coadjutores y auxiliares o titulares con especiales encargos pastorales, están invitados a presentar al Papa la renuncia a su oficio pastoral. Algo que también sirve para los jefes de los dicasterios de la Curia Romana no cardenales, los prelados superiores de la Curia Romana y los obispos que desempeñan otros oficios en las dependencias de la Santa Sede, así como los representantes pontificios, que hasta la fecha cesaban ipso facto. 

Finalmente, el papa Francisco estableció que la renuncia es aceptada y que el oficio es considerado prorrogado hasta cuando no le sea comunicado al interesado la aceptación de la renuncia o la prórroga, por un tiempo determinado o indeterminado. Y es que, como recalca el Derecho Canónico, «la renuncia que necesita ser aceptada, si no es aceptada dentro de tres meses, carece de todo valor; aquella que no necesita ser aceptada ejecuta el efecto con la comunicación del renunciante hecho a norma de derecho». Así que, nuncios y curiales seguirán en su puesto hasta orden expresa del Papa.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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