Francisco anima en Santa Marta a "bendecir a nuestros enemigos"

«Esto es lo que nos pide el Señor: perdonar a los que tratan de destruirnos»

"La oración mafiosa es: 'Me la pagarás'. La oración cristiana es: 'Señor, dale tu bendición y enséñame a amarlo'"

"Esto es lo que nos pide el Señor: perdonar a los que tratan de destruirnos"
Francisco anima en Santa Marta a "bendecir a nuestros enemigos" Agencias

Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos debían rezar por este dictador que quería la raza pura y mataba sin escrúpulos, ¡y rezar para que Dios lo bendijera! Y tantos lo han hecho

(J. B./Vatican News).- Todos tenemos enemigos, también el Papa. Algunos ya no se esconden, y lo atacan sin piedad. Frente a ello, en su homilía de Casa Santa Marta, Francisco propone «lo que nos pide el Señor: perdonar a los que tratan de destruirnos«.

«Nos hará bien, hoy, pensar en un enemigo – creo que todos nosotros tengamos alguno – en uno que nos ha hecho el mal o que nos quiere hacer el mal o que trata de hacer el mal: en éste. La oración mafiosa es: ‘Me la pagarás’. La oración cristiana es: ‘Señor, dale tu bendición y enséñame a amarlo’. Pensemos en uno: todos nosotros tenemos uno. Pensemos en él. Recemos por él. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de amarlo«, subrayó el Papa durante la misa matutina.

«Amen a sus enemigos, y recen por quienes os persigan», es el mensaje que el Evangelio nos muestra. El perdón, la oración y el amor por quien «nos quiere destruir». En una palabra, «bendecir a nuestros enemigos».

 

 

Así, Francisco afirmó que comprendemos que «debemos perdonar a los enemigos», «lo decimos todos los días en el Padrenuestro; pedimos perdón como nosotros perdonamos: es una condición…, si bien no fácil«. De este modo también «rezar por los demás», por «aquellos que nos causan dificultades», «que nos ponen a prueba: también esto es difícil, pero lo hacemos. O, al menos, tantas veces hemos logrado hacerlo»:

«Pero rezar por aquellos que quieren destruirme, por los enemigos, para que Dios los bendiga: es algo verdaderamente difícil de entender. Pensemos en el siglo pasado, en los pobres cristianos rusos que por el sólo hecho de ser cristianos eran enviados a Siberia a morir de frío: ¿Y ellos debían rezar por el gobernante verdugo que los mandaba allá? Pero, ¿cómo? Y tantos lo han hecho: han rezado. Pensemos en Auschwitz y en otros campos de concentración: ellos debían rezar por este dictador que quería la raza pura y mataba sin escrúpulos, ¡y rezar para que Dios lo bendijera! Y tantos lo han hecho».

Es la «lógica difícil» de Jesús que, en el Evangelio, está contenida en la oración y en la justificación de aquellos que «lo mataban» en la Cruz: «Perdónalos, Padre, no saben lo que hacen». Jesús pide perdón por ellos, como también lo hace en el momento del martirio, Santo Esteban:

«Pero cuánta distancia, una infinita distancia entre nosotros que tantas veces no perdonamos pequeñas cositas, y esto que nos pide el Señor y de lo que nos ha dado ejemplo: perdonar a los que tratan de destruirnos. En las familias es tan difícil, a veces, para los esposos, perdonarse después de alguna disputa, o perdonar a la suegra: no es fácil. Para el hijo, pedir perdón al papá, es difícil. Pero perdonar a aquellos que te están matando, que quieren destruirte… No sólo perdonar: rezar por ellos, ¡para que Dios los custodie! Es más, amarlos. Sólo la palabra de Jesús puede explicar esto. Yo no logro ir más allá».

De este modo, Bergoglio subrayó que es «una gracia» que hay que pedir, esa de «comprender algo de este misterio cristiano y ser perfectos como el Padre que da todos sus bienes a los buenos y a los malos». Nos hará bien – concluyó diciendo Francisco – pensar en nuestros enemigos. «Creo – añadió – que todos nosotros tengamos alguno».

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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