Los jóvenes asfixiaron al sacerdote tras discutir con él por cuestiones sexuales

El fiscal pide 18 años de cárcel para los dos acusados de asesinar a un cura

Decidieron quitarle la vida con un cojín o la almohada

El fiscal pide 18 años de cárcel para los dos acusados de asesinar a un cura
Uno de los acusados de matar al sacerdote

Antes de abandonar el piso, se apoderaron de 120 euros, así como de un ordenador portátil, una maquinilla de afeitar eléctrica, un módem USB, un Ipod y una cámara de fotos

La Fiscalía de Sevilla ha solicitado una condena de 18 años de cárcel para los dos jóvenes acusados del asesinato del sacerdote Ernesto Muñoz López, al que asfixiaron con una almohada en la madrugada del 6 de octubre de 2010, después de que discutieran con el cura por cuestiones sexuales. Lo cuenta Jorge Muñoz en Diario de Sevilla.

El escrito de acusación del Ministerio Público relata que los dos acusados, J. M. L. D. y C. M. D., ambos de 19 años por entonces, contactaron con el presbítero a través de internet y, de esa forma, consiguieron que a principios de octubre del año pasado les invitara a pasar unos días en su domicilio, un apartamento ubicado en el número 26 de la calle Jesús del Gran Poder, todo ello «a cambio de mantener relaciones sexuales» con el primero.

Dice el fiscal que, pasados unos días, las relaciones entre los procesados y el sacerdote, que tenía 65 años, se fueron deteriorando hasta el punto de que en la madrugada del 6 de octubre discutieron por cuestiones sexuales y Ernesto Muñoz les dijo que a la mañana siguiente tendrían que abandonar su casa. El sacerdote se retiró entonces a su dormitorio, dejando en el salón de la vivienda a los dos acusados, quienes «de forma espontánea» decidieron quitarle la vida asfixiándolo con un cojín o la almohada. Para ello, acudieron al dormitorio donde se hallaba el cura y «fingieron» que querían mantener relaciones sexuales, aprovechando la ocasión para colocarle la almohada en la cara y asfixiarlo.

Tras la muerte de Ernesto Muñoz, decidieron abandonar el domicilio, tras arreglar la vivienda y «colocar el cadáver en una postura que aparentaba una muerte natural». Antes de abandonar el piso, se apoderaron de 120 euros, así como de un ordenador portátil, una maquinilla de afeitar eléctrica, un módem USB, un Ipod y una cámara de fotos, entre otros objetos.

La Fiscalía imputa a los dos acusados un delito de asesinato y otro de hurto, y pide 17 años por el primero y un año por el robo de los objetos de la víctima, y reclama una indemnización de 90.000 euros para los cinco hermanos del cura. En su declaración ante la Policía, los dos jóvenes reconocieron que decidieron matar al cura porque éste había decidido echarles de sus casa después de que se negaran a mantener relaciones sexuales, aunque posteriormente se retractaron de esta declaración cuando acudieron a declarar al juzgado.

El cadáver de Ernesto Muñoz fue hallado a la mañana siguiente por un conocido del presbítero, quien descubrió el cuerpo tras extrañarse de su ausencia a la misa que tenía que haber oficiado ese día. La muerte del sacerdote se atribuyó desde un primer momento a causas naturales por los servicios sanitarios que acudieron a su piso e incluso a la familia se informó de que la muerte se había producido por un «infarto fulminante«. Como en principio no había ningún elemento extraño relacionado con el fallecimiento del sacerdote, el cadáver fue incinerado, e incluso pudo haber sido el crimen perfecto de no ser porque los dos jóvenes comentaron lo ocurrido a una tercera persona.

De hecho, no fue hasta varios días después del hallazgo del cadáver cuando un amigo de los dos detenidos, que reside en Guadalajara, informó a la Policía Nacional de que ambos le habían relatado que habían asesinado a una persona. La Policía inició entonces una investigación en la que los agentes del grupo de Homicidios se tropezaron con la dificultad de averiguar quién era la víctima. Las pesquisas permitieron, no obstante, identificar a los dos sospechosos, a través del amigo, y así se llegó a conocer la identidad del fallecido. La intervención policial culminó con la detención, el 14 de octubre de 2010, de los dos jóvenes.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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