"Una obra que tuvo como instrumento a un hombre que se fió de Dios y que en su vida lo transparentó"
(Amigonianos).- El Convento Capuchino de la Magdalena de Massamagrell (Valencia) ha vuelto a ser escenario importante en la vida de los Amigonianos al acoger el pasado sábado 12 de abril la celebración del 125 aniversario de su fundación. Los hermanos Capuchinos, una vez más, abrieron sus puertas y acogieron esta obra de Luis Amigó que, con 125 años cumplidos, tiene presencia ya en más de 20 países. La Magdalena fue, durante los años que precedieron a la fundación, el lugar donde Luis Amigó escribió el proyecto de vida de los amigonianos. Por eso, en este aniversario, se ha convertido en el corazón de la fiesta.
La Eucaristía de acción de gracias estuvo presidida por el Superior General de la Congregación, P. Marino Martínez, quien estuvo acompañado por el Vicario General, P. José Oltra, y por los Superiores de las cuatro provincias que conforman la Congregación: Provincia Luis Amigó, Provincia San Francisco, Provincia Buen Pastor y Provincia San José. También participaron, en representación de los laicos amigonianos, los presidentes de Cooperadores Amigonianos de España, Argentina y Colombia.
En la iglesia del convento faltó espacio para la gente que quiso vivirlo en primera persona y, apretados en los bancos y con un buen número de sillas colocadas en todos los espacios posibles, se pasó de 350 personas. No faltaron los miembros de la corporación de Massamagrell, así como D. Manuel Dolz, fiscal del Tribunal Supremo, Dª. María Vicenta Mestre, vicerrectora de la universidad de Valencia y D. Andrés Muñoz, presidente de la Fundación Santa Rita.
También el coro infantil y profesores de las Escuelas Profesionales Luis Amigó de Godella, profesores del colegio y miembros de la Parroquia de Monte-Sión, educadores y jóvenes de la Colonia S. Vicente Ferrer y los cooperadores amigonianos participaron activamente en esta celebración.
El Padre General quiso destacar en su homilía la figura del fundador de la Congregación: «una obra que tuvo como instrumento a un hombre que se fió de Dios y que en su vida lo transparentó; una obra que continuamente ha gozado de su vital y amorosa presencia, y que en los momentos más difíciles de su caminar, ha sentido el bálsamo confortable de su asistencia».
Además, el P. Marino Martínez hizo especial hincapié en el trabajo llevado a cabo por los Amigonianos en estos 125 años: «A pesar de los avatares de su misma historia, no ha cesado de crecer con la presencia amorosa y tierna de cada uno de los religiosos que nos precedieron en esta fe y en este carisma, desde los pioneros, los que abrieron caminos y nos dejaron su legado, los que le dieron madurez a un carisma singular como el evangelio en el ejercicio de su compromiso de vida, con aprendizajes significativos que han ido conformando nuestra historia, la que hoy con gozo celebramos».
Tras la Eucaristía, todos los asistentes se trasladaron a las Escuelas Profesionales Luis Amigó, donde se procedió a la quema de una festiva mascletá del pirotécnico Vicente Caballer, en homenaje, según sus palabras, a todos los que han sido amigonianos durante estos 125 años de historia y nos contemplan desde el cielo. Por último, los asistentes compartieron una comida fraterna, en la que degustaron la tradicional paella valenciana.