Toda la sociedad (las empresas, las administraciones públicas, los servicios sociales, las organizaciones no gubernamentales...) tiene el deber de preparar a la gente para que pueda ejercer su derecho al trabajo
(Jesús Bastante).- Lucas López es jesuita, canario, y es uno de los responsables de Radio Ecca, una emisora al servicio de «quienes más necesidades educativas tienen».
Radio Ecca lleva ya 50 años llevando formación a través de las ondas a las comunidades españolas con mayor índice de paro, y también a algunos lugares de África occidental.
Lucas López, que está en contacto directo con los 9.000 alumnos que cada año se matriculan en el programa de Radio Ecca para sacarse el graduado escolar, considera lamentable, pero sabe de buena mano, que actualmente «quien no tiene formación es cada vez más expulsado del sistema«.
Por eso rechaza la idea de que los universitarios se ven ahora mismo tan afectados por el desempleo como quienes no tienen estudios. Si bien es cierto que algunas personas con estudios superiores se están viendo obligadas a salir del país porque aquí no encuentran trabajo, el peor lugar lo tienen aquellos que no tienen titulación oficial, explica: «La mayoría de gente viene a nuestro programa buscando inserción laboral, pero hoy por hoy las personas sin formación son ‘in-insertables’«, advierte.
¿Qué es Radio Ecca?
Es una emisora educativa. No es una radio que tiene una escuela, sino una escuela que tiene una radio. Nosotros nacimos para llevar la mejor formación posible a cuantas más personas adultas se pudiera. Sobre todo a las personas que tienen más dificultades para poder acceder al mundo de la educación. Nacimos hace ahora 50 años, en un territorio fragmentado como era el de Canarias, donde la distancia entre mundo urbano y mundo rural se notaba mucho por aquel entonces, así como la distancia entre las islas capitalinas y las islas que antes llamábamos «menores». Se vivían situaciones sociales diferentes. El acceso a la cultura era mucho más difícil, y el sacerdote que tuvo la idea de montar la radio lo hizo pensando que podría servir para tener clases en casa.
Así fue: el maestro o la maestra se presentaban en casa todos los días, a través de las ondas.
¿Cómo es un proceso educativo a través de las ondas?
Bueno, las cosas han cambiado mucho en 50 años. Sobre todo las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. El proceso ahora mismo se desarrolla fundamentalmente a través de internet. La radio sigue siendo para nosotros muy importante, y seguimos haciendo contenidos radiofónicos; pero sabemos que la mayor parte de nuestro alumnado se baja la clase, no la sintoniza en la FM.
El proceso es muy sencillo: la clase radiofónica es seguida por el alumnado con un material didáctico, gráfico. Además el alumno tiene la posibilidad de acceder a una tutoría una vez a la semana. Con ese triángula (archivo de audio-material gráfico-tutoría) llegamos a toda la población adulta que lo desee.
Nosotros nos focalizamos en aquellas personas que no tienen titulación oficial, gente que no tiene el graduado en enseñanza secundaria, titulación sin la que ahora mismo no puedes ir a ningún lado. Y a pesar de ello, el 30% de la población española no la tiene. En Canarias el porcentaje es más o menos igual. Ése es nuestro foco fundamental. Pero también sabemos que la formación adulta se desarrolla a lo largo de toda la vida, así que abarcamos todos los campos de formación continua que puedan ayudar a las personas a estar mejor situadas en el contexto laboral, y a interactuar en sus vidas con mayor conciencia de sí mismas y con mayor responsabilidad ciudadana.
Ésas son las dos direcciones que trabajamos.
¿Quiénes reciben esas clases?
Quien quiere. A través de internet puede matricularse todo el mundo.
¿La mayoría del alumnado es isleña, o española en general?
La radio nació en Canarias, pero rápidamente se extendió por muchas delegaciones peninsulares. Ahora mismo estamos en unas 14 provincias: Andalucía, Madrid, Extremadura, Murcia, Galicia… Pero a través de internet llegamos a todas partes. Por ejemplo, en un curso que he tutorizado este verano tenía alumnos de México y de Paraguay.
Donde tenemos FM es en Canarias y en Vigo parcialmente. Nuestra presencia radiofónica fuerte sí que es en Canarias.
Estás en Madrid con motivo de la inauguración de una nueva sede de la radio…
Efectivamente. Vamos a estar en el barrio de la Ventilla, en una obra de la Compañía de Jesús que se llama Casa San Ignacio. Es un programa propio de intervención en el campo de la cultura, la educación, la formación, el empleo, la exclusión social, al espiritualidad… Estamos integrándonos en esas áreas, junto a otras entidades.
En Madrid llevamos muchos años. Aquí hay muchas personas que se han formado con nosotros. Nuestro modo de trabajar habitual es a través de alianzas. Contactando con instituciones, con otros grupos, con personas que quieren colaborar.
¿Orientáis vuestra formación a la empleabilidad?
Ahora mismo estamos enfocados en eso, sí. La historia nos va demandando cosas nuevas, según lo que va pasando. Y desde el año 2007 hasta ahora, hemos duplicado el alumnado de formación básica. La crisis nos afectó muchísimo. Antes un año normal Radio Ecca podía tener entre 4.000 y 5.000 alumnos, mientras que ahora mismo estamos entre los 9.000 o 10.000 personas que se inscriben para sacarse el graduado. Yo creo que todo el mundo se ha dado cuenta que sin formación no hay empleo. Es verdad que, aun con formación, hay dificultad para tener empleo. Pero sin formación, no hay empleo.
¿Es la forma de saltar las «barreras automáticas»?
Creo que el graduado ahora mismo sirve para dos cosas: garantizar hasta cierto punto tu capacidad de manejarte en competencias básicas (lectoescritura, cálculo, conocimiento del medio…), y para abrirte la puerta a otras formaciones, ya sea el bachillerato o los ciclos medios de formación profesional.
Te habrás dado cuenta de que justamente estamos en las comunidades autónomas con mayor índice de paro. Gracias a eso hemos podido estudiar que en los municipios donde hay menos desempleo la gente que no tiene titulación constituye el porcentaje más alto de las personas desempleadas. Un caso muy sorprendente es el municio de Adeje, en Tenerife, que tiene un 7% de desempleo. Es un municipio «ídílico», en el sentido de que tiene un 7% de desempleo en una isla con un 30%. En Adeje hay unas 2.400 personas desempleadas. Pues bien, de esas 2.400, 2.200 no tienen el graduado de ESO.
Si miramos el conjunto de España, vemos que más o menos la mitad de las personas que no tienen empleo no tienen el título de ESO. Y si miramos el sistema educativo, vemos que el abandono temprano (es decir, salir del sistema educativo sin titulación oficial), ahora mismo le pasa a 1 de cada 4 chicos. Y en algunos lugares, a 1 de cada 3.
Antes se salían para trabajar. Ahora, ¿para qué?
Efectivamente, antes se iban al mundo de la construcción, que era el que daba más empleo sin formación oficial. Pero ese mundo quebró, y yo creo que no va a volver a ser una oportunidad para nadie.
El sector servicios, que antes también contrataba a muchas personas sin cualificación oficial, ahora mismo ya no acepta a personas sin estudios. Ahora piden el graduado y suelen pedir idiomas. Nosotros vemos en el programa que la gente viene buscando inserción laboral, pero realmente las personas sin formación son «in-insertables». Es muy complicado.
Por eso hay que tener cuidado con el mensaje que se lanza a la sociedad últimamente de que con formación no hay empleo. Decimos eso porque algunos universitarios se tienen que ir fuera. Pero un dato muy importante y a tener en cuenta es que eso ya pasaba antes de 2007: los universitarios con mucha formación no conseguían empleo en nuestra sociedad. Se trata de un problema estructural. Hay que cambiar el modelo para que en nuestra de sociedad del conocimiento la mayor formación tenga también lugar. Y no hay que olvidar que, con todo, actualmente las personas con formación universitaria tardan menos en encontrar trabajo que lo que tardaban en 2007 (en parte, porque se han vuelto menos selectivos). Ahora se acepta casi cualquier cosa, aunque no sea «de lo tuyo». Pero eso significa que quien no tiene formación es cada vez más expulsado del sistema. Son descartados, como dice el Papa Francisco. La cultura del descarte está afectando a un 30% de nuestra población. Es terrible. Y si miramos a los jóvenes, estamos hablando de la mitad.
Por eso es muy importante que todas y todos pongamos empeño en transmitir el mensaje de que es necesario formarse. Que nadie use como excusa que los que tienen formación no tienen empleo, porque eso sólo pasa con algunos, y en algunas situaciones. Todos necesitamos tener formación.
¿Por qué crees que cada vez se vende más esa idea, de que la formación no soluciona nada porque incluso los más formados no encuentran empleo?
Bueno, tú eres periodista, y sabrás que si un hombre muerde a un perro es noticia, pero si un perro muerde a un hombre, no. Lo que resulta más chocante es lo que es más noticia. Y el dato de que los universitarios no encuentren trabajo es más impactante que el hecho más común de que no lo encuentren las personas sin formación.
¿O sea que no es tan habitual como nos dicen?
No. El porcentaje de personas con estudios superiores que no tienen trabajo está muy por debajo del de personas sin estudios. El 50% de la población desempleada no tiene titulación básica. Éste es el problema más grave.
A la hora de encontrar empleo, por tanto, ¿no tener formación te marca como si pertenecieras a una «casta» inferior a los que sí la tienen? ¿Crees que los empleos están segregados según cualificación, y separados según esta especie de sistema de castas?
Sí, aunque sea injusto. Yo creo que la formulación del trabajo como un derecho debe complementarse con la formulación del trabajo como un deber al mismo tiempo, porque toda la sociedad (las empresas, las administraciones públicas, los servicios sociales, las organizaciones no gubernamentales…) tiene el deber de preparar a la gente para que pueda ejercer su derecho al trabajo. El trabajo no es un derecho caído del cielo que se va a cumplir sin más, sino que previo a ese derecho existe el deber de los profesores y profesoras de formar a sus alumnos; el deber de las Administraciones públicas de garantizar los medios necesarios, etc.
La Unión Europea lo sabe, y por eso ha puesto en agenda una obligación que no sé si seremos capaces de cumplir: que todos los Estados tienen que garantizar que la población sin titulación o que no esté cursando estudios oficiales post-obligatorios (es decir, o Bachillerato o Formación Profesional) en el año 2020, sea sólo el 15%. Es decir, que en una Comunidad como la canaria, tendríamos que bajar de un 28 o 29% que tenemos ahora mismo, a un 15. Y tenemos 4 años para hacerlo.
¿Se antoja complicado?
Bueno, si nos ponemos a ello, no tiene por qué. Yo creo que somos capaces. Hemos conseguido cambiar muchas otras cosas, como por ejemplo los índices de asistencia sanitaria. Pero necesitamos focalizarnos en lo que es de verdad importante ahora mismo, que es lo que realmente puede provocar el cambio. Si Europa ha colocado la formación como horizonte estratégico, es porque es el factor más transformador.
¿Seguimos estando a la cola de Europa?
Bueno, si tenemos en cuenta que ese horizonte marcado para el 2020 ya lo han conseguido hace años muchos de los países de Europa, sí. Y eso que hemos avanzado mucho. Éramos un país que no consideraba vital que todos sus jóvenes estudiaran, y eso ya lo hemos ido cambiando. Pero es verdad que quienes sufren las peores situaciones de índole económico y quienes padecen mayor exclusión social, son quienes tiene hijos que a su vez enfrentarán todas estas dificultades. Y de esa forma la pobreza se va convirtiendo en un círculo vicioso que se transmite de padres a hijos, y se hereda.
La formación es el mejor instrumento para cambiar eso. Por eso hay que apostar por ella.
¿Funciona el proyecto de Radio Ecca de cara a la inserción laboral?
Funciona. Pero sí es verdad que se necesita tiempo. A veces nosotros nos quejamos de los programas de empleo que provienen de las Comunidades Autónomas porque las exigencias de inserción laboral son irreales. Te plantean los mismos condicionantes que en el año 2006, cuando en nivel de desempleo en Canarias era del 10%, sin formación era posible encontrar un empleo si te movías un poco… El 10% correspondía casi casi al tiempo que tardaban los trabajadores en pasar de un empleo a otro. Y ahora que las cosas son mucho más complicadas, nos ponen las mismas condiciones.
Hay que tener en cuenta que las personas que vienen al programa no tienen las competencias oficiales necesarias para el empleo. Entonces, no es algo que se haga en 3 meses. De ningún modo. Sacarse el graduado lleva su tiempo, hay que empeñarse. Después del graduado hay que hacer una formación en idiomas, una formación básica profesional, un ciclo…
¿Cuesta mucho volver a estudiar, después de años de haberlo dejado?
Sí. Quienes lo consiguen son héroes.
Yo estoy en contacto con 8 o 9.000 personas al año que se forman, no sólo para sacarse el graduado, sino también el Bachillerato o títulos no oficiales (porque tenemos un Aula Abierta, para cursar distintos diplomas). Gente que se capacita en idiomas, en ofimática, en administración de empresas… y todas ellas hacen un enorme esfuerzo en contextos muchas veces muy difíciles, y con un ambiente y una presión social en la línea del desaliento. Pero es gente que es capaz de ponerse en pie y coger su vida con sus manos, luchar por su futuro para ser señor de su propia vida. De verdad que yo siento profunda admiración por todos los chicos y chicas (mayores de 18 años) y las personas adultas que estudian en Ecca.
¿Qué franja de edad es la más numerosa que tenéis?
Tenemos un grupo muy grande de alumnado entre 18 y 25 años, y otro de los 45 en adelante.
¿Dónde os podemos encontrar?
Físicamente en las comunidades autónomas que antes he dicho, además de en África Occidental, donde tenemos algunas delegaciones. En la web se nos puede encontrar en la página www.radioecca.org
¿Cuál es el balance que haces de estos 50 años de la radio?
Un balance positivo: más de 2 millones de personas matriculadas a lo largo de la historia, unas 450 personas trabajando en la emisora, el mismo espíritu de servicio que cuando comenzamos en el año 73 a trabajar en el Sáhara… Seguimos a disposición de quienes más necesidades educativas tienen, transmitiendo nuestro mensaje, y la verdad es que la entidad ha demostrado una gran capacidad de evolución. Por eso es imposible decir que no tenemos esperanza.
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