La mano biónica cuenta con cinco dedos de aluminio, partes mecánicas de acero y una superficie que la recubre de fibra de carbono
Un equipo de científicos italianos ha conseguido instalar una mano biónica y hacer que obedezca a las órdenes del cerebro. Pierpaolo Petruzziello ha sido el paciente afortunado que había perdido el antebrazo izquierdo tras un accidente de coche.
El proceso funciona así: el cerebro transmite a través de cuatro electrodos, cada uno de ellos provisto de ocho canales, la orden de apretar el puño o mover el meñique. La mano pesa dos kilos y fue implantada hace un año.
Cuenta con cinco dedos de aluminio, partes mecánicas de acero y una superficie que la recubre de fibra de carbono. Las fibras de los electrodos que se conectan con los nervios del brazo son «biocompatibles» y son de una delgadez de diez micromillones de milímetro. Gracias a estas conexiones, la mano del paciente puede comunicarse perfectamente con su cerebro e, incluso, puede sentir.
Este fue sólo un experimento de prueba y los electrodos serán retirados dentro de un mes. En tres años el paciente podrá tener permanentemente una mano robótica.
La prótesis fue desarrollada por la escuela técnica superior Sant’Anna de Pisa y los electrodos fueron montados por la empresa alemana Ibmt. El proyecto se financia de dos millones de euros provenientes de un fondo de la Unión Europea concedido para un periodo de cinco años.
(Agencias)