Cambio hora. Los efectos del cambio de hora son muchas veces «más psicológicos que orgánicos»

Los efectos negativos del cambio estacional de hora sobre los humanos son muchas veces «más psicológicos que orgánicos», según Ricardo Martínez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto Cajal, quien recuerda, en cualquier caso, que los trastornos causados por las variaciones horarias de tipo estacional son «leves y pasajeros».

En vísperas de que los relojes se atrasen una hora, en la madrugada del sábado al domingo, Martínez explicó a Servimedia que los cambios de hora de otoño y primavera no provocan grandes problemas en el ser humano, ya que su organismo «se adapta rápidamente» a los pequeños «desajustes» que supone la variación de tiempo de luz en su cerebro.

Para Martínez, «rápidamente» significa en este caso un tiempo inferior a una semana, periodo más que suficiente, a su entender, para que las personas que hayan sufrido algún trastorno por la variación horaria recuperen su ritmo habitual de vida.

El investigador insistió en el hecho de que los cambios estacionales de hora no tienen por qué afectar a todo el mundo. Según dijo, suelen acusarlos más las personas mayores y los niños y «en muchos individuos», los trastornos son «más psicológicos que orgánicos».

A juicio de este investigador del CSIC, en general es más llevadero el cambio horario de otoño que el de primavera, porque en el primero disminuyen las horas de luz, lo que favorece la secreción de melatonina, que, a su vez, ayuda a conciliar el sueño.

Martínez concluyó, por tanto, que los cambios horarios de estación «afectan poco (al hombre) y en poco tiempo se pasan», lo que no ocurre siempre con las variaciones de hora provocadas por el viaje a otro continente, que generalmente ocasionan problemas «más agresivos» y duraderos en el ser humano.

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