Se basa en las resonancias magnéticas realizadas a una embarazada infectada
El trabajo, liderado por la doctora Anna Suy, médico adjunta de la Unidad de Infecciones Perinatales del Servicio de Obstetricia Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Medicina Materna y Fetal del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), lo publica la revista New England Journal of Medicine.
La investigación se centra en el caso de una mujer embarazada, infectada en uno de los países de América del Sur afectados por la epidemia del virus Zika durante la novena semana de gestación que dio a luz a un bebé con microcefalia. La mujer sufrió una erupción en el tronco y extremidades, y dio positivo por Zika en las muestras de suero de la sangre.
El positivo se mantuvo durante 89 días, es decir 107 días después del inicio de los síntomas, en la semana 29 de gestación, aunque las pruebas en orina, vagina y endocérvix dieron negativo.