GENTE DE LA TELE

Susanna Griso: «Mi hija se llama Dorcette, pero el día de mañana no sé…»

Tiene 48 años y está casada con un independentista bastante bocazas y metepatas como es el periodista Carles Torras

Susanna Griso: "Mi hija se llama Dorcette, pero el día de mañana no sé..."
Susanna Griso con Dorcette. EP

No sabía lo que me iba a encontrar, no la había conocido previamente. Fue una experiencia muy fuerte, ir a buscar a tu hija sin haber visto más que tres fotos

Susanna Griso suele ser bastante discrta. Y no muy dada a poner sobre la mesa sus asuntos más intimos y personales, pero la periodista ha concedido una entrevista a la revista Fashion and Arts. en la que se sincera sobre su trabajo y su familia como nunca antes lo había hecho.

Los últimos meses han sido una montaña rusa de emociones para ella: el independentismo en casa, la muerte de su madre y la llegada de su hija adoptiva, de la que desvela por primera vez su nombre:

«Se llama Dorcette, pero el día de mañana no sé porque el nombre es complicado para la gente. Ahora no se lo quiero cambiar porque es su mochila. Si ella quiere cambiarlo en el futuro que lo haga».

 Griso asegura que adoptar era un sueño para ella pero que no ha sido fácil:

«Se ha creado una expectación que para mí ha sido muy difícil de llevar. Desde que se filtró la noticia tengo paparazzis en la puerta, ofertas millonarias por la exclusiva, veinte fotógrafos el día que llegué… Eso me genera muchísima angustia».

La periodista ha relatado cómo fue su primer encuentro con la niña en Costa de Marfil:

«No sabía lo que me iba a encontrar, no la había conocido previamente. Fue una experiencia muy fuerte, ir a buscar a tu hija sin haber visto más que tres fotos. La recoges un lunes y ese mismo día ya duerme contigo».

«La primera mirada, el primer abrazo… son impresionantes. Nunca pensé que iba a ser tan fácil la comunicación con todo lo que implica, para ellos es un shock emocional muy grande y un punto de trauma».

Los últimos meses han sido un vaivén de emociones para ella:

«He perdido a mi madre, he perdido a mi suegro, he perdido a mi tía, ha llegado Dorcette, mi niña. Y el tema catalán ha sido personalmente muy duro, pero yo, si tuviese que dibujarme a mí misma, pintaría un tentempié: me han pegado hostias, pero siempre me levanto».

Y es que la crisis catalana, estando casada con un independentista bastante bocazas y metepatas como es el periodista Carles Torras, es una cuestión personal para ella:

«Nuestras posiciones son muy distintas y a mí lo que me sorprende es que la gente no pueda entenderlo. Las ideas políticas nunca han sido un problema en nuestra relación de pareja. De hecho, nos reímos muchísimo, porque al final siempre nos salva el sentido del humor».

A sus 48 años, Griso también se siente casada con la televisión:

«Mi matrimonio con el periodismo me lleva a mantener unos horarios propios de una monja carmelita. A veces tengo la sensación de que vivo en un convento».

Eso sí, sería una monja muy guapa y muy modesta:

«Nunca me he sentido una mujer guapa de verdad y durante muchos años he tenido complejo de alta».

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