Estimular esa zona ayuda a los pacientes con depresión

El cerebro tiene punto G

La incapacidad para experimentar agrado es uno de los síntomas de las personas depresivas

Los pacientes mostraron una reducción en puntuaciones de ansiedad y tenían sólo efectos secundarios menores

Expertos del Hospital Universitario de Bonn (Alemania) han asegurado que la estimulación con electrodos de una pequeña región del cerebro implicada en el procesamiento de estímulos placenteros puede resultar eficaz como tratamiento de la depresión.

Según recoge la revista Biological Psychiatry en el artículo «Treating Depression by Stimulating the Pleasure Center», la estimulación cerebral profunda se utiliza para tratar a aquellos pacientes que no mejoran lo suficiente con la terapia convencional, aunque las investigaciones actuales trataban de ajustar cuál es la zona del cerebro que se debe estimular para mejorar el pronóstico, sobre todo porque un tercio de pacientes con este trastorno mental no obtiene una respuesta antidepresiva satisfactoria.

Varios pacientes que no mejoraban con terapias convencionales han respondido satisfactoriamente a este tratamiento.

EL CENTRO DE PLACER

Hasta ahora se había analizado la respuesta al estimular otras regiones como la corteza prefrontal subgenual, aunque estos investigadores aseguran que la clave puede estar en el ‘núcleo accumbens’, una región del cerebro del tamaño de una avellana que juega un papel importante en la recompensa y la motivación, de ahí que sea conocida como el ‘centro del placer’.

De hecho, la incapacidad de experimentar placer es un síntoma clave en las personas con depresión, como ya demuestran estudios previos que comprobaron que el funcionamiento de esta región del cerebro estaba afectada en estos pacientes.

INVESTIGACIÓN

Para comprobar su hallazgo, los autores de este estudio utilizaron el tratamiento con DBS en 10 pacientes con depresión grave a largo plazo que no habían respondido a múltiples tratamientos antidepresivos, incluyendo psicoterapia, medicación y tratamiento con electrodos. Tras un año de tratamiento, todos los pacientes mostraron alguna mejoría, y la mitad de ellos experimentaron mejoras significativas en sus síntomas de depresión, sorprendente teniendo en cuenta que no había respondido a ningún tratamiento antidepresivo previo.

Además, los pacientes mostraron una reducción en puntuaciones de ansiedad y tenían sólo efectos secundarios menores.

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