Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona
«¿Cómo es posible que ocurra este tipo de accidentes en un hospital?»
Eso se preguntaba este 20 de agosto de 2017 Fernando, uno de los siete hermanos de Rocío Cortés Núñez, y se pregunta con el corazón encogido media España.
Rocío perdió la vida poco después de darla. Triana, como se llama la niña que nació este domingo en el hospital de Valme de Sevilla, no conocerá a su madre.
Un fallo en el ascensor que la conducía a la habitación donde la esperaban sus familiares hizo que se accionara súbitamente, atrapando y seccionando la cabeza a la joven de 26 años justo después de que le practicaran una cesárea.
Era ama de casa, vecina de la localidad de Dos Hermanas y madre de dos hijas a las que ayer domingo se sumó la tercera.
Fernando, profundamente abatido, recordaba a su hermana como una persona «muy risueña y siempre alegre».
«Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida».
El accidente ocurrió en el moderno hospital sevillano de Valme, poco después de las 14:30 horas, cuando la mujer volvía en una camilla de dar a luz y era introducida en el ascensor.
El elevador abrió sus puertas. El celador empujó la camilla de Rocío al interior. Ahí, según apuntan los familiares de la joven, el ascensor empezó a dar problemas.
Las puertas no se cerraban. Varios intentos después y poco contento con la respuesta de la máquina, quien empujaba la camilla decidió salir para poder sacar de la cabina a Rocío y elegir un nuevo ascensor.
En estas, con la mitad de la camilla en la puerta, la maquinaria se accionó súbitamente y la joven quedó atrapada ante la impotente acción de cuantos allí estaban. El rápido movimiento resultó fatal: El ascensor inició entonces su marcha hacia arriba sin que la camilla hubiera entrado completamente y Rocío quedo literlalmente seccionada en dos.
LA FAMILIA
Rocío, de 25 años y vecina de la localidad de Dos Hermanas, conoció a su marido. José Gaspar, cuando eran adolescentes.
Se casaron hace unos cuatro años y vivían en un piso de la barriada de Los Montecillos del municipio nazareno. Ama de casa, estaba dedicada a la crianza de sus dos hijas, Carmen y Rocío, de cinco y cuatro años.
Su marido José trabaja como camarero en el restaurante de la calle San Fernando de Dos Hermanas.
«Estoy hecho un trapo», se dolía José, quien no daba crédito a la trágica muerte de su esposa.
«Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona».
Amigas de la víctima señalaban a este respecto que el «maldito ascensor estaba sufriendo averías desde hace un mes».
El padre de Rocío, Juan Manuel Cortés, llegó ayer por la tarde a Sevilla en tren desde Málaga, donde reside por motivos de trabajo, para visitar a su hija en el hospital. Al llegar al centro hospitalario la Policía le impidió la entrada.
Allí se enteró del fatal desenlace.
«Esto es muy fuerte. Han matado a mi niña bonita, a la alegría de la casa y han dejado a tres niñas huérfanas de madre» mientras mostraba una fotografía de Rocío de hace dos semanas en una playa malagueña.
La familia de Rocío presentó este domingo una denuncia en el juzgado «para pedir responsabilidades».
Su hija Triana fue trasladada al hospital Virgen del Rocío a causa de una dolencia cardíaca, donde evoluciona de forma favorable.
LA JUNTA DE ANDALUCÍA
La consejera de Salud, Marina Álvarez, ha asegurado que el ascensor “contaba con todos los controles y cumplía con la reglamentación”.
La responsable socialista de la sanidad andaluza añade que la última revisión técnica tuvo lugar el pasado 12 de agosto. Ha calificado el suceso como un “accidente rápido, inusual y trágico” y ha comentado que la presidenta Susana Díaz está “muy pendiente” de la evolución de la investigación.