Salud

¿Sabes qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)?

¿Sabes qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)?
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad YT

¿Sueles dejarlo todo para última hora? ¿Tus amigos están hartos de que siempre llegues tarde? ¿Pierdes el móvil, las llaves y las cosas continuamente? ¿Necesitas cambiar de actividad constantemente?

Estos son algunos de los síntomas que componen el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Hasta hace relativamente poco se sostenía que era un trastorno cuyos síntomas decaían con la llegada de la adolescencia y desaparecían en la edad adulta. Actualmente sabemos que esa teoría se cumple en el 50% de los casos, pero ¿qué pasa con esa otra mitad que arrastra los síntomas en la edad adulta?

Bien es cierto que los síntomas son menos evidentes que en la infancia y adolescencia, pero el 4% de la población adulta sigue presentando dicha sintomatología.

Muchos adultos con TDAH sin diagnosticar «compensan» su síndrome mediante sobrecarga de actividades para calmar su inquietud: consumo excesivo de estimulantes (cafeína, nicotina o cocaína), o distintos rituales y manías.

No es raro encontrarse en las consultas de psiquiatría y psicología adultos con dicho trastorno que aún no saben que lo padecen y que conviven con el mismo sin ninguna complicación. Sin embargo, otras personas puede que encuentren dificultades a nivel personal, social, familiar o laboral y no dan con la raíz del problema.

Todavía hoy hay quien considera que el TDAH no existe, que es un invento de los psicólogos y psiquiatras ávidos de pacientes «En mi época nadie tenía TDAH, ni tomaba pastillas», dicen despectivamente. Que no se diagnosticara no significa que no existiera, sino que aún no se había identificado como síndrome.

Algo parecido a lo que sucede en medicina con mucha frecuencia: antes la gente enfermaba y moría sin saber la causa, ahora diferenciamos entre un cáncer de garganta, de pecho, o un tumor cerebral… A medida que la ciencia avanza, el diagnóstico es más fino y acertado.

He conocido muchos adultos aliviados tras descubrir su diagnóstico. ¡Por fin todo encaja!

Juan, 45 años, casado y con dos hijos, se arrastró por la escolaridad obligatoria. Notas bajas, ayuda constante, recuperaciones, apoyos… Sus profesores le calificaban de ensimismado y en las nubes, sus padres le consideraban vago. Siempre fue un niño muy movido. Cambia constantemente de trabajo, porque enseguida «le aburre». Es sensible y cariñoso, pero tiene unos «prontos de mal genio» desproporcionados. Su mujer le considera inmaduro y a veces siente que tiene un hijo más que un marido, frecuentemente tiene que ir detrás de él para que se involucre lo mínimo en las tareas del hogar. Acude a psiquiatría por problemas de ansiedad y muy baja autoestima. Finalmente, se le detectó TDAH.

Miguel acude a consulta deprimido tras una crisis matrimonial. Se siente responsable e impotente, siempre ha sido marcadamente impulsivo y desordenado. Siempre se olvidaba de todo, perdía cosas, no escuchaba lo que le decían, dejaba todo para hacer más adelante, dejaba un trabajo por otro que le parecía más interesante, decidía sin pensar… Tenía TDAH.

David, 25 años, estaba en un centro de desintoxicación por su adicción a la cocaína cuando la psicóloga le diagnosticó TDAH. Desde entonces siente haber recuperado el control de su vida, es menos impulsivo, ha ganado en capacidad de concentración y ha conseguido dejar la cocaína más fácilmente desde que toma su medicación. Siente que el diagnóstico le ha salvado la vida.

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