Están a diario en nuestros platos y el hacen flaco favor a nuestra salud mental. Por eso, lo más recomendable es reservarse el derecho de admisión de las siguientes comidas e ingredientes en nuestros próximos menús. Nos los enumera ‘Huffigton Post‘:
1. Bebidas gaseosas. Lo sentimos, pero las únicas burbujas que nos hacen sonreír serán las de la bañera el viernes por la noche. El consumo de refrescos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), incrementa en un 25% las posibilidades de caer en depresión por su alta concentración de azúcar. Además: tomar un refresco al día puede hacerte ganar 4,5 kilos en un año.
2. Cereales refinados. En su proceso de refinamiento pierden la mayoría de nutrientes, fibra inclusive. Por eso, provocan unos niveles de azúcar inestables y generan gran sensación de hambre al poco tiempo de ser consumidos. ¿Lo mejor? Sustituirlos por cereales integrales.
3. Edulcorantes artificiales. Según varios estudios estadounidenses, estos endulzantes reducen la producción de serotonina y dopamina, provocando a su vez sensación de ansiedad. Nada bueno, vaya…
4. Lácteos con alto contenido graso. Las grasas existentes en estos alimentos aumentan los síntomas depresivos según sendos estudios realizados por las universidades de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria.
5. Chocolate. Muy a nuestro pesar, este maravilloso regalo de la naturaleza puede provocarnos más llantos que carcajadas. Sus propiedades aumentan los niveles de serotonina por tiempo limitado: cuando el efecto cesa, volvemos a encontrarnos tristes. Hay que tener cuidado para no entrar en un ciclo depresivo y melancólico…
