La esperanza de vida en España

La esperanza de vida en España
Esperanza de vida ITMK

La esperanza de vida en España sube 0,4 años para los hombres y 0,3 para las mujeres según el Instituto Nacional de Estadística o INE.

Esto sitúa la esperanza de vida masculina en los 78,9 años y la femenina en los 84,9 años. España es, junto con Japón, el único país que ha conseguido alcanzar los 83 años en la tasa de esperanza de vida aunque aún existe un alto porcentaje de la población con sobrepeso y una relativamente alta mortalidad. Cabe destacar que una de las principales características de España es la elevada calidad de la estructura su sistema de salud: Moderno y con gran cobertura.

Debido a esta diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres, históricamente los seguros de vida fueron más baratos para las mujeres ya que suponían un menor riesgo para las compañías de seguro. Sin embargo una directiva comunitaria igualó ambas tarifas al entender que se estaba produciendo una discriminación por sexos y desde el 2013 los precios son idénticos.

Existen muchos tipos de seguros de vida a contratar, pero principalmente hay dos: Los de capital constante y los de capital decreciente.

Capital constante: Se trata de mantener constante durante toda la duración del seguro el capital asegurado. El seguro pensado para proteger a nuestros seres queridos y el aumento de la prima por cada año de vida que cumplamos será cercano al 10%.

Capital decreciente: El capital asegurado ira reduciéndose simultáneamente al préstamo hipotecario que tengamos contratado con el banco. Por lo tanto es un producto ideal para hipotecas ya que el aumento anual de prima será inferior a los seguros de capital constante.

Los seguros de vida pueden complementarse con coberturas que cubren la incapacidad permanente, ya sea total o absoluta, el testamento online, e incluso el anticipo del capital en caso de que suframos una enfermedad grave como un cáncer o un infarto de corazón.

Por último, cabe recalcar que los seguros de vida riesgo tienen una duración máxima y llegada una determinada edad (entre los 75 y los 80 años) no son renovables. No obstante, dado que son un producto pensando para proteger a aquellos familiares que dependen económicamente de nosotros, recomendamos darlo de baja cuando éstos sean económicamente independientes y hayamos sido capaces de liquidar los préstamos pendientes que hubiéramos podido contratar.

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