Error común

Los 6 alimentos que si lavas pueden provocarte una intoxicación de tomo y lomo

¿No hay que lavar los huevos?

Los 6 alimentos que si lavas pueden provocarte una intoxicación de tomo y lomo

¿Sabías que hay una serie de alimentos que no debes lavar antes de cocinar o consumir?

Esto es algo que muy pocas personas conocen, pero que puede poner en riesgo tu salud.

Estos son algunos que no debemos lavar para evitar intoxicaciones y otros perjuicios.

  • 1. Pollo. Si lavamos esta carne, en lugar de eliminar las bacterias bajo el agua, lo que estamos haciendo es propiciar la expansión de éstas. Concretamente, podemos llegar a sufrir una intoxicación porla bacteria campylobacter, con los correspondientes dolores abdominales, diarreas, vómitos y fiebre.
  • 2. Carnes crudas. Igual que ocurre con el pollo, nunca debemos lavar las carnes antes de cocinarlas. Lo correcto es cocinarlas a la temperatura adecuada para eliminar las bacterias.
  • 3. Huevos. La cáscara del huevo está formada por capas protectoras que evitan que entren las bacterias en el interior, por lo que no es necesario lavar los huevos antes de cascarlos. Por el contrario, si lo hacemos, estaremos eliminando la barrera protectora de la cáscara.
  • 4. Frutas y verduras preparadas para consumir. Hablamos de productos como las típicas ensaladas embolsadas, que ya están lavadas antes de ser envasadas.
  • 5. Frutas y verduras disecadas. No debemos lavar estos alimentos porque, al igual que las frutas y verduras preparadas para consumir, éstos ya están lavados previamente. Si los compramos a granel, sin embargo, sí es recomendable lavarlas.
  • 6. Congelados. Las verduras y otros alimentos congelados no deben lavarse, ni siquiera para acelerar la descongelación, puesto que haciéndolo rompemos la cadena de frío. Una vez descongelados a temperatura ambiente ya podemos lavarlos, a no ser que se trate de alguno de los alimentos que hemos visto en esta lista.

¿Qué pasa si no lavo el pescado?

Es normal abrir la bolsa de las pescadería y encontrarnos restos de escamas o sangre. Sobre todo, si le hemos pedido al pescadero que prepare el pez en cuestión de una forma determinada.

Nuestro instinto es el de automáticamente aclarar con agua los filetes de pescado antes de conservarlos o elaborarlos.

Pero, esto es un error, ya que los animales acuáticos contienen patógenos que son muy fáciles de propagarse a otros alimentos cuando se limpian o manipulan.

De ahí que la mayor garantía que tenemos para comer pescado fresco en casa de forma segura es asegurarnos de cocinarlo bien.

Dicho de otra forma, asegurarnos de que el centro del pez alcance una temperatura superior a los 65ºC.

Si no tienes un termómetro de cocina, esto es equivalente a que no haya ningún resto de carne cruda en su interior, cambiando ligeramente su color.

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