Con 47 años recién cumplidos y después de tres décadas haciendo películas, Matt Damon sigue siendo uno de los actores más ocupados de Hollywood. Tanto es así que estrena los títulos a pares.
Acaba de llegar a los cines ‘Suburbicon’, una mezcla de humor negro y alegato contra el racismo en la que Matt Damon ha tenido a su amigo George Clooney como director; y el próximo día 29 hará lo propio ‘Una vida a lo grande’, comedia ecologista que ha rodado a las órdenes de Alexander Payne y en la que interpreta a un hombre que encoge de tamaño.
Lo entrevista Nando Salvà en ‘El Periódico de Catalunya’ este 10 de diciembre de 2017 y hablan de todo, sobre todo de política y cine, pero nosotros hemos querido rescatar la reflexión que hace Damon sobre algo mucho más prosaico y cercano: los kilos.
En ‘Una vida a lo grande’ y especialmente en ‘Suburbicon’, luce usted un evidente sobrepeso. De hecho, se pasa la vida ganando y perdiendo kilos para adaptarse a sus personajes.
Cierto. Recuerdo que antes de ‘Una vida a lo grande’ estuve rodando ‘Jason Bourne’, y ello me exigió estar muy musculado y sin un gramo de grasa. Y Payne estaba muy preocupado, porque él me necesitaba gordo. Durante la semana previa al inicio del rodaje me estuvo llamando constantemente para preguntar: «¿Estás comiendo suficiente pizza?». A decir verdad, yo prefiero estar fondón. Tener el cuerpo que lucía en ‘Jason Bourne’ conlleva demasiado esfuerzo e implica llevar una vida miserable. Y a mi mujer le gusto algo fofo. O eso dice, al menos.