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Artrosis: Cómo proteger tus articulaciones si eres aficionado al deporte o corres cada día

Artrosis: Cómo proteger tus articulaciones si eres aficionado al deporte o corres cada día
Correr, runner, deporte y lesiones. EP

Una nueva especie ha aparecido en la fauna urbana. Se les conoce como runners y los puedes encontrar prácticamente a cualquier hora y en cualquier lugar de la ciudad, aunque es en la salida y la puesta del sol cuando su presencia se hace más notable.

La moda e incluso la gastronomía se ha rendido a sus pies (se cuentan por cientos los productos enfocados a esta tribu) y pocos son los que no cuentan con un corredor en su círculo más cercano.

A la par que esta tendencia se hace cada vez más popular se oye una frase que ya es un clásico:

«Ya se arrepentirán cuando sean mayores, el cuerpo les pasará factura».¿Realmente las articulaciones se ven perjudicadas si corremos?

La artrosis es una enfermedad degenerativa articular que afecta a la membrana sinovial (tapiza por dentro la cápsula articular y fabrica el líquido sinovial que nutre el cartílago), al propio cartílago y al hueso subcondral (se encuentra justo por debajo del cartílago y se encarga de su nutrición).

Cuando esto ocurre, aparece dolor al mover la articulación, pérdida de movimiento, debilidad muscular, fatiga, inflamación de la articulación, y finalmente, incapacidad para mover esa articulación. La artrosis aparece en zonas relacionadas con la carga y con el impacto, como son las rodillas, las caderas, los pies y la columna vertebral.

Por eso, el hecho de correr en sí mismo no es la causante de la artrosis. Lo son dos elementos clave: el sobrepeso, que genera unas inercias y unos impactos superiores a los que soporta el cartílago (cuanto más peso aguanta una articulación, más se degenera), y las alteraciones biomecánicas, porque provocan la limitación y la alteración de la enorme capacidad adaptativa y compensatoria de nuestro aparato locomotor.

«Correr es bueno si se hace en buenas condiciones y no se asume como algo crónico. La clave, como todo, es el uso y no el abuso», afirma el doctor de medicina deportiva de la Clínica Universidad de Navarra, José Calabuig.

El entrenador personal Juan Ruiz López ahonda en esta afirmación:

«El impacto de hecho es bueno para regenerar los tejidos y los huesos, son un estímulo que evita que le cuerpo se degenere. El problema viene cuando se sobrepasa la capacidad. No tiene sentido que si no has hecho deporte en tu vida, sometas a tu cuerpo a un estrés alto. Tus tejidos no estarán adaptados y los sobrecargarás. Cuanto más entrenes más preparado estará el cuerpo, aunque esto no quiere decir que no exista un límite».

Ejemplificamos estas afirmaciones de los expertos con la ayuda del doctor Calabuig: «Si pesamos 70 kilos al correr nuestras articulaciones soportarán un impacto de unos 200 kilogramos». De ahí que tenga que existir ese límite que comenta Ruiz López:

«Siempre se ha dicho que el entrenamiento de fuerza rejuvenece y el de resistencia envejece».

Y aquí también interviene la edad. No es lo mismo correr con 18 que con 35 o 60: «Una persona con 18 años puede hacer prácticamente lo que quiera porque el cuerpo se regenera de manera muy rápida.

A partir de los 35, que es cuando el cuerpo empieza a envejecer de manera deportiva, tendrá que tener más cuidado ya que comienza el deterioro y cuesta más la recuperación.

Porque, además, no sólo podemos lesionarnos la rodilla o el tobillo, las vértebras lumbares, cervicales y dorsales también se pueden ver perjudicadas.

CÓMO Y DÓNDE

Esta es una de las cuestiones más importantes a la hora de plantearnos convertirnos en runners. Por una parte, tenemos que saber dónde debemos y no debemos correr.

Hay que tener en cuenta que las mejores superficies para correr son la hierba o la tierra (preferiblemente la primera). El tartán (la pista) tampoco está mal, aunque es más recomendable para caminar. Y la cosa va a peor si la superficie es asfalto, hormigón o montaña.

«Actualmente existe una tendencia que se llama Trail que consiste en salir a correr por el campo o por las afueras de las ciudades».

«El terreno es irregular y hay que tener cuidado para no lastimarnos el pie. Además, encontraremos cuestas arriba y cuestas abajo, y estas últimas son muy malas para nuestras articulaciones».

Y no sólo hay que tener en cuenta el terreno sino también cómo corremos: Hay que invertir en una buena zapatilla..

«Las marcas buenas han realizado un trabajo excelente proponiendo unos modelos que consiguen una amortiguación perfecta para ayudarnos a la hora de correr. Y otro aspecto que tampoco debemos olvidar es saber correr. Hay mucha gente que no sabe y eso también perjudica a nuestro cuerpo».

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