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El 36% de los pacientes de alzheimer están atados en España, según la presidenta de la asociación de Geriatría

Europa Press, Sábado, 16 de julio 2005
- "Un 36 por ciento de los pacientes están atados en España". Así lo aseguró la presidenta de la Asociación Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológico, Misecordia García, durante la ponencia que impartió esta mañana en el curso "Enfermedad de Alzheimer: dificultades en la intervención de los profesionales sanitarios", enmarcado en los cursos de verano de la Universidad de Cantabria en su sede de Laredo.

"Muchas veces es necesario atar a un enfermo de Alzheimer, pero esta decisión ha de ser consensuada, además de necesitar de una gran profesionalidad, tanto en el momento de llevarlo a cabo, como a posteriori". Porque atar a los pacientes es una práctica que, "por aberrante que parezca, es habitual en los centros especializados españoles", aseguró. "Porque en ocasiones, por el propio beneficio del paciente, no queda más remedio que llevar a cabo esta práctica", ya que, de lo contrario, "podrían autolesionarse, caerse o, incluso, lesionar a otros pacientes", según la experta. Y con el afán de enseñar a los profesionales encargados del cuidado de los enfermos, nace el programa "Desatar al enfermo de Alzheimer".

"Lo que debemos hacer es saber en qué casos es necesario, cómo debe hacerse y durante cuánto tiempo ha de mantenerse esa situación, es decir, hacer un uso racional de este tratamiento". Uso que, en ocasiones, por mala praxis, ha desencadenado en la muerte de algunos pacientes: "Llegan a asfixiarse por estar atados; necesitan de un control médico". Y si la muerte es, dentro de la desgracia, un desenlace poco habitual, "sí es cierto que en demasiados casos se producen heridas, abrasiones, depresiones y otras patologías desencadenadas por una mala ejecución de esta medida".

García explicó, asimismo, que "además de tener un control eventual del paciente, se le debe dar una ayuda psicológica y un apoyo moral que, en la actualidad no se produce". Y es que, en la actualidad, los centros nacionales "hacen hincapié en la seguridad de los pacientes, obviando en gran medida, la libertad de los mismos; ése es el punto en el que debemos incidir: equiparar seguridad y libertad".

El otro objetivo, derivado del primero, sería igualar el "modus operandi" de las clínicas nacionales con, por ejemplo, las de los países nórdicos, "donde tan sólo se ata a un 5 por ciento de los pacientes; en España no hemos marcado un mínimo ideal, situado en el 12 por ciento, muy alejado del 36% actual". Búsqueda de calidad en la valoración de cada caso, la no estandarización de los pacientes, "pues cada uno es un mundo distinto" y, sobre, la sensibilización de que "atar a un enfermo de Alzheimer, ya sea con cuerdas o con química (psicotropos y demás) no ha de suponer la panacea que nos haga olvidarnos de él".

En definitiva y según García, "atamos a las personas sin criterio, coartando su libertad y basándonos en criterios de seguridad; pero hay que buscar el uso racional, nunca llevando a cabo decisiones unilaterales, sino consensuadas por todo el equipo médico y siempre haciendo partícipes a los familiares".