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Uno de cada dos universitarios necesita ayuda contra la ansiedad de los exámenes, según un estudio

Europa Press, Miércoles, 15 de junio 2005
Uno de cada dos alumnos universitarios (53,4 por ciento) necesita una acción preventiva para afrontar la ansiedad producida por los exámenes con manifestaciones cognitivas (preocupación, inseguridad, incontrolabilidad, pensamientos negativos), fisiológicas (disminución de defensas, sequedad de boca, vómitos) o motoras (temblores, parálisis, tics, tartamudeo).

Incluso, uno de cada cinco (20,84 por ciento) podría ser objeto de una intervención psicológica, no sólo preventiva, para paliar su ansiedad, según los datos del "Estudio sobre la ansiedad en los universitarios españoles", elaborado por Actimel de Danone en colaboración con los centros de Psicología Aplicada de distintas universidades y presentado hoy en Madrid.

Principalmente, estos problemas se producen en los alumnos del área de Ciencias de la Salud, mujeres, en edades entre los 19 y los 20 años y generalmente con manifestaciones cognitivas de la ansiedad, tal y como reflejan los datos de esta investigación, realizada con respuestas de 28.483 estudiantes de 16 universidades españolas (Alcalá, Almería, Ramón Llull, Alfonso X, Cádiz, Córdoba, Extremadura, Granda, León, Málaga, Murcia, Oviedo, Pablo de Olavide, Barcelona, Valencia y Vigo).

En concreto, el 85 por ciento de las mujeres que participaron necesitan intervención, frente a un 15 por ciento de los varones, con lo que las mujeres duplican y quintuplican los porcentajes de estudiantes con necesidad de intervención psicológica. El 21,58 por ciento de ellas tiene manifestaciones cognitivas (frente a un 5,61 por ciento de los varones); el 7,19 por ciento, fisiológicas (2,61 por ciento en hombres), y el 7,45 por ciento, motoras (3,68 por ciento de los chicos).

La ayuda preventiva asciende al 77 por ciento de las mujeres entrevistadas, frente al 23 por ciento de los hombres, como refleja esta investigación realizada con cuestionarios de autoevaluación elaborados como fruto de una adaptación del Inventario de Estrés Académico (IEA), que sirve para medir la frecuencia de aparición de síntomas.

Por edad, los alumnos de los primeros cursos presentan mayores niveles de ansiedad, por lo que los que más necesitan ayuda son los de edades entre 17 y 20 años, puesto que marcaron puntos de 2,91 y 2,89 sobre cinco en la manifestación cognitiva. Es decir, los universitarios que se encuentran en el inicio de su carrera muestran una mayor inseguridad que los de los últimos años.

MÁS ANSIEDAD EN ÓPTICA Y ENFERMERÍA En cuanto a áreas de estudio, los alumnos de Ciencias de la Salud, concretamente Óptica y Enfermería, sufren más episodios de ansiedad en época de exámenes, con una media de 2,58 puntos sobre cinco de media en todas las manifestaciones de esta patología. Les siguen los estudiantes de Ciencias Sociales y Jurídicas (2,50) y Ciencias Experimentales (2,42), siendo los de Humanidades (2,41) y Técnicas (2,29) --sobre todo ingenierías--, los que menos ansiedad padecen.

En general, las manifestaciones cognitivas de preocupación, inseguridad, incontrolabilidad o pensamientos negativos, padeciéndolas el 15,8 por ciento de los alumnos universitarios españoles, frente al 5,58 por ciento que tiene manifestaciones fisiológicas y el 6,13 por ciento, afecciones motoras.

Para hacer frente a estos problemas que surgen en la época de exámenes, el doctor en Psicología y profesor titular de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), José Manuel Hernández, aconsejó estudiar para ir bien preparados a los exámenes, como "mejor mecanismo preventivo". Además, abogó por trabajar las horas precisas y mantener los ritmos y horarios normales para dormir y comer.

A ello, la directora de Nutrición y Dietética de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, María José Roselló, recomendó, durante la presentación del estudio, que los jóvenes sean conscientes de sus necesidades sin pretender "ser superman", además de comer bien, hacer cinco comidas al día y con alimentos no muy grasos, sino más bien proteínas.

En este sentido, Actimel impulsó también una investigación que concluía que el consumo regular de leche fermentada con Lactobacillus casei podría contribuir a mejorar la respuesta inmunitaria y reducir la incidencia de procesos infecciosos durante y después del período de exámenes, en el que el sobreesfuerzo intelectual puede disminuir las defensas.