HUNGRÍA-GASTRONOMÍA

clipping

Hungría celebra la décima edición del Festival del Gulash, su plato más típico

Agencia EFE, Domingo, 14 de septiembre 2008
Hungría celebró este fin de semana la décima edición del Festival del Gulash, su tradicional estofado de carne, cebolla y pimentón rojo dulce (páprika) que desde las llanuras del país centroeuropeo ha conquistado el mundo entero.

El certamen, organizado desde 1999 por la Sociedad gastro-turística de Hungría y la municipalidad de Szolnok, a 100 kilómetros al sureste de Budapest, atrajo a más de 50.000 personas.

En la edición de este año se instalaron unos 700 calderos tradicionales, con fuego abierto, en los que familias, clubes sociales y culturales, pero también una unidad del Ejército magiar y el club de "moteros" Harley Davidson de Hungría, cocinaron durante tres días el plato preferido del país.

Además de la parte social del evento, se celebró el anual concurso para determinar quién es "Rey del Gulash de Hungría".

"Hasta ahora siempre ha ganado un cocinero magiar, sea de la propia Hungría o de algún país vecino con importante diáspora húngara, como Rumanía, Eslovaquia o Serbia", según el vicealcalde de Szolnok, Istvan Szabo.

Los otros suelen quedarse atrás; este año son cocineros de Japón, Estonia, Finlandia, Alemania y Polonia que tratan de presentar al público húngaro su versión particular de este plato.

"Los finlandeses, por ejemplo, han cocinado una sopa muy buena, de carne de reno, pero que no tiene nada que ver con nuestro "Guylás"", explica Szabo en declaraciones a Efe.

Szolnok, de unos 80.000 habitantes, tiene el dudoso honor de ser conocida popularmente como "la ciudad más fea de Hungría" por su carácter industrial y su decadente arquitectura comunista.

Por eso, en el municipio están muy satisfechos con el éxito que tiene el festival gastronómico: "El certamen crece todos los años", asegura el vicealcalde con orgullo.

A las orillas del río Tisza, en las afueras del centro de Szolnok, se vive un ambiente festivo, con actuaciones de grupos de música tradicional magiar y balcánica, juegos para niños y, sobre todo, el olor a gulash ("guylás", en húngaro) Esta sopa tradicional se suele preparar con carne de res, cordero o cerdo y va acompañada de zanahorias, patatas y judías blancas.

Existen varias teorías sobre el origen de este plato, que parece llegó a Europa con los magiares que en el siglo IX se instalaron en las llanuras rodeadas por los Cárpatos.

Este pueblo de caballeros almacenaba la carne seca de res bajo sus sillas de montar y después la cocinaba en agua, con condimentos, lo que podría considerarse como el "gulash ancestral".

Otros opinan que esa comida llegó al país mucho más tarde, con la ocupación turca en el siglo XVI, como un guiso preparado de carne, añadiéndole verduras, pasta y pimentón.

En todo caso, la historiografía magiar destaca la "función política" del gulash, como protesta cultural y gastronómica de los magiares contra Austria, que dominó Hungría durante siglos.

En el siglo XIX, con el aumento de los conflictos políticos entre Viena y Budapest, los intelectuales, escritores y políticos magiares descubrieron el gulash como una comida típicamente húngara.

El plato empezó a ser servido en los restaurantes de las grandes ciudades, sobre todo en la capital húngara.

De esta manera, el gulash se convirtió también en un plato cotidiano de las clases medias urbanas del país.

Entre 1956 y 1976, la versión liberal del comunismo practicada en Hungría contra el deseo de Moscú se conocía como el "comunismo del gulash", lo que subraya la estrecha relación entre este plato típico y la identidad nacional del país.

Este año, la caldera más grande del festival tuvo capacidad para unos 2.000 litros.

Según cuenta el "chef" Tibor Bojtor, para hacer este gulash gigante se usaron 420 kilos de carne de res, 120 kilos de cebolla, 5 kilos de pimentón en polvo, 1.500 litros de agua y 60 kilos de judías blancas.

El secreto que se esconde detrás de un buen gulash magiar está en "no agregarle demasiado condimento" para garantizar una sopa de "gustos puros", asegura este cocinero, que lleva en su delantal una condecoración de "Rey del Guylás".

"Si él no lo sabe, ¿quién sabrá?", se ríe el vicealcalde Szabo y brinda con una copa de "pálinka", el aguardiente magiar. ¡Que aproveche!