El presidente de EE.UU., George W. Bush, advirtió hoy que el paso del huracán "Ike" por Texas se reflejará en los precios de la gasolina.

En una declaración desde el Despacho Oval, donde hoy recibió una sesión informativa sobre los daños dejados por el ciclón, Bush expresó hoy su preocupación por una "presión al alza" en los precios al consumidor de la gasolina.

"La situación de la energía es una que preocupa", declaró el presidente.

No obstante, expresó su satisfacción porque "Ike" no haya causado los daños a las infraestructuras que algunos temían.

El presidente estadounidense, que tiene previsto desplazarse a la zona afectada este martes para supervisar las tareas de reconstrucción, declaró que en su visita insistirá en que el Gobierno trabaja de manera denodada para que retorne la normalidad lo antes posible.

El huracán, que entró en Texas con vientos superiores a los 170 kilómetros por hora, obligó a cerrar a quince refinerías en el golfo de México, donde se acumula el 22 por ciento de la capacidad estadounidense.

Se trata de la peor interrupción del suministro desde hace tres años, cuando el paso del huracán "Rita" por Texas también obligó a parar los trabajos de las refinerías.

En declaraciones anteriores, Bush había anunciado la suspensión de algunas de las condiciones de la Agencia para la Protección Medioambiental, para permitir la importación de gasolina desde terceros países y hacer frente a las posibles interrupciones en el suministro.

Bush, sin embargo, insistió en que su Gobierno hará todo lo posible para impedir que las gasolineras aprovechen la situación e inflen artificialmente los precios.