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Razones para no ser progresista

ABC, Jueves, 13 de enero 2005
YO no puedo ser progresista cuando serlo hoy es:

-Dar cianuro a un tetrapléjico, cobrar por contarlo en las televisiones y aceptar como arte cinematográfico lo que es simple manipulación demagógica.

-Desmantelar el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca para complacer a «Cataluña», que, por las mismas razones históricas, debería devolver a las regiones que produjeron emigrantes la riqueza que éstos le dieron en la postguerra.

-El derecho de la mujer a abortar en cualquier caso y circunstancia.

-Conceder el matrimonio a los homosexuales para que no se sientan distintos y ayudar, por lo mismo, a las operaciones que necesitan los que aspiran a ser transexuales.

-Cambiar los mil asesinados por ETA por la aprobación de un plan propio de nacionalistas vergonzantes como es el de los socialistas vascos.

-Pactar la gobernación de la Nación con los amigos de ETA.

-Vulnerar los derechos humanos de los niños que viven en Comunidades bilingües y que tienen el español como lengua materna.

-Negar que España es una obviedad geográfica e impedir que eso pueda explicarse en las clases.

-Preferir los nacionalismos etnicistas, excluyentes e inquisitoriales a la derecha española, sin cuya contribución no habría habido transición democrática, sistema autonómico y verdadero progreso.

-Considerar peligrosos los sentimientos nacionales cuando se trata de España y sublimes cuando se refieren a Cataluña, País Vasco o Galicia.

-Banalizar o eliminar las pruebas escolares y de ese modo canonizar la mediocridad que es el estado ideal de los gobernantes socialistas.

-Aceptar la moral de unos gobernantes que critican la enseñanza privada y llevan a sus hijos al Británico.

JUSTIFICAR la dictadura de Castro por la liberación de Rivero.

-Desobedecer el mandato del setenta por ciento de las familias españolas que quieren una enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas.

-Elogiar «El Código da Vinci».

-Defender una Constitución que pone las bases culturales de Europa en Voltaire y Robespierre olvidando a Aristóteles y Santo Tomás.

-Aceptar una Constitución europea que niega la representación que España consiguió en Niza y que puede abrir el ingreso de Turquía.

-Estimar como dogmas los que lo fueron del fascismo en los años treinta: el antiliberalismo, el antiamericanismo, el antisemitismo y el anticlericalismo.

-Subir el salario mínimo en los términos de la inflación a pesar de los criterios contrarios del vicepresidente Solbes.

DAR por buena la Leyenda Negra y la consiguiente infravaloración de las aportaciones españolas a la cultura universal.

-Condenar el Descubrimiento y la conquista de América.

-Despreciar la obra grandiosa de Menéndez Pelayo y calificar a Ortega y Gasset como un prefascista.

-Creer que la izquierda ha aportado algo significativo al pensamiento español.

-Aprobar la quema de conventos y los asesinatos de sacerdotes de la II República.

-Tapar los asesinatos de Maeztu, Ledesma y Muñoz Seca con el de Federico García Lorca.

-Convertir el Ejército español en una ONG (Bono fecit).

-Transitar del aconfesionalismo al laicismo como si no existiese una Constitución.

-Ir mucho más allá del 11-M en relación con la derecha. Si la masacre desplazó a ésta del poder, la alianza del PSOE y los nacionalistas la eliminará para siempre.