Durante los años 50 y 60 varias generaciones de bomberos la utilizaron como blanco para prácticas de baloncesto y otros deportes, afortunadamente con escasa puntería
Es una historia eterna, uno de esos reportajes que resurgen en la prensa año tras año. El 5 de mayo de 2008, lo publicamos en Periodista Digital. Ahora, reparece con los calores de este tórrido verano de 2015.
La «Bombilla centenaria«, que figura en el Guinnes de los Records, fue soplada a mano por la Shelby Electric Company, de Ohio, a finales de la década de 1890 y donada después por el dueño de esa compañía al departamento de bomberos en 1901.
Es una bombilla de 60 watios (aunque hoy su potencia no supera los 4), soplada a mano, con filamento de carbono, y está instalada en el cuartel de bomberos número 6 de Livermore, California.
Los científicos se preguntan cómo es posible que haya aguantado tanto tiempo sin apagarse (Los diez grandes fracasos tecnológicos de los últimos veinte años).
Se sabe que fue en junio, aunque no el día exacto. Su «cumpleaños» se celebra, por convención, los días 18 de ese mes (Los diez datos más serios y fiables que se han dado sobre sexo).
Es una reliquia de una época en las que las cosas se hacían para durar: una bombilla en Livermore (California) lleva 110 años encendida, un récord mundial, y hoy es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad (Los diez mandamientos sexuales para ser buena en la cama).
UNA TECNOLOGÍA EN EXTINCIÓN
Se trata además de uno de los primeros ejemplares de una tecnología en extinción, pues las bombillas tal y como las conocemos van siendo sustituidas por soluciones energéticas más eficientes como las lámparas con OLED o las bombillas de bajo consumo.
La bombilla de Livermore ha iluminado durante más de un millón de horas la estación de bomberos de Livermore-Pleasanton y aunque su potencia es muy baja -sólo 4 vatios- para los bomberos de la comunidad simboliza el valor de estar de servicio 24 horas al día.
«Cada día vienen varios grupos a verla, puede decirse que es un monumento de la ciudad», explica Brandt Jorgenson, miembro de este cuerpo de bomberos, que ha instalado una cámara web para que los internautas comprueben que la bombilla no se apaga nunca.
La bombilla, que hoy cuenta con su propia página web y que tiene una webcam dedicada (cuenta incluso con una página en Facebook), ha sido analizada en diversas ocasiones por la Ciencia.
LA OPINIÓN DE LOS CIENTIFICOS
Debora Katz, físico de la Academia Naval de Estados Unidos, ha estudiado a fondo las propiedades físicas de la bombilla de Livermore. Para ello, y ante la imposibilidad de estudiar la bombilla original sin apagarla, la investigadora se hizo con una antigua (y fundida) réplica de la misma, también fabricada or la Shelby Electric Company a finales del siglo XIX.
«La bombilla de Livermore se diferencia de dos formas de una bombilla incandescente contemporánea. En primer lugar, su filamento es unas ocho veces más grueso que el de una bombilla actual. Y en segundo lugar, ese filamento, posiblemente hecho de carbono, es semiconductor».
«Cuando un conductor se calienta mucho, su capacidad para conducir la electricidad deja de funcionar. Sin embargo, a medida que la bombilla de Shelby se va calentando, se va convirtiendo en un conductor cada vez mejor».
UN FILAMENTO MÁS GRUESO
La bombilla fue fabricada por la hoy desaparecida Shelby Electric y su filamento de carbono está perfectamente aislado por la ampolla de vidrio.
El filamento opera en vacío y no en un espacio relleno de algún gas noble, como las bombillas que conocemos hoy.
Cuando la encendieron por primera vez, iluminaba una arcaica estación de bomberos donde los coches iban aún tirados por caballos El objetivo era permitir que los bomberos pudieran encender sus lámparas de queroseno cuando se producía una emergencia por la noche.
Durante los años 50 y 60 varias generaciones de bomberos la utilizaron como blanco para prácticas de baloncesto y otros deportes, afortunadamente con escasa puntería. Hasta los años 70, cuando la prensa local empezó a interesarse por la lámpara incandescente, los bomberos no se percataron de su valor histórico.
SUPERVIVIENTE DE UN TRASLADO
Aunque las autoridades de Livermore aseguran con orgullo que ha estado siempre encendida durante estos 107 años, la bombilla estuvo en realidad apagada durante 22 minutos en 1976, cuando el cuerpo de bomberos trasladó su sede.
Según contaron los bomberos de la localidad al diario Los Angeles Times, el traslado requirió un convoy policial y la habilidad del electricista oficial del ayuntamiento, que construyó un caja especial de madera para transportar la bombilla y su casquillo.
Cuando volvieron a conectarla, no se encendió y todos contuvieron la respiración pensando que había sido un error trasladarla…hasta que el electricista accionó un interruptor y la luz anaranjada y tenue de la bombilla volvió a iluminar la sala.
COMPETIDORAS SERIAS
Aunque parezca increible, la bombilla de Livermore tiene, también, algún que otro competidor.
Como la de Forth Worth, en Texas, que actualmente luce en el Museo Stockyards de esa localidad y que fue instalada en septiembre de 1908.
O la que luce desde 1912 en la tienda de suministros Gasnick, en Nueva York. O la que lleva encendida desde 1926 en otro cuartel de bomberos, el de la ciudad de Mangum, en Oklahoma.
NOTA.- La ‘Bombilla Eterna’ con el brillante sello que José Manuel Nieves imprime a sus piezas, vuelve a aparecer en ABC.