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El popular servicio de mensajería WhatsApp ha apretado más si cabe las tuercas de la privacidad de los usuarios al consumar su advertencia: los que no optaran voluntariamente por renunciar a que el servicio compartiera los datos de uso con Facebook, transcurridos 30 días, la firma ha entendido que se trata de un sí tácito y obligará aceptar las nuevas condiciones.
Pues bien, ese mes ha transcurrido y los que dejaron el asunto para más adelante se están encontrando con la sorpresa de recibir un mensaje concluyente:
«…Si no deseas aceptarlos, tendrás que discontinuar [dar de baja] tu uso de WhatsApp», o lo que es lo mismo, que no podrá usarse el servicio salvo que se pase por el aro.
La aceptación del servicio implica dejar la puerta abierta a que en un futuro, que podría ser cercano, los usuarios pudieran recibir mensajes patrocinados o publicidad relacionada con sus intereses.