385 millones de espectadores en todo el mundo en el año 2017, 77 millones de seguidores en Europa, 696 millones de dólares en ganancias el año pasado y 4,2 millones de fans en España, el país con el seguimiento más numeroso en el Viejo Continente. Son algunas de las cifras mareantes que acercan al público la enorme dimensión de los eSports, una modalidad deportiva que cada vez cuenta con mayor seguimiento.
En países como Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania, los deportes electrónicos cuentan desde hace tiempo con mucho prestigio. Sus practicantes de alto nivel son jugadores profesionales y se han ganado la consideración de deportistas de élite porque su preparación ha de ser óptima (si realmente quieren progresar en este mundillo).
El debate sobre si los eSports deben considerarse un deporte continúa abierto, aunque cada vez hay una mayor unanimidad en que sí lo son. Gobiernos como el de Estados Unidos o el de Alemania consideran a los jugadores profesionales de eSports como atletas y ya se está planteando que, más pronto que tarde, sea un deporte olímpico más.
El hecho de que no exista esfuerzo físico no es vital para considerar a esta modalidad como deporte. El ajedrez o el billar, por ejemplo, son deportes reconocidos. Además, la condición física sí que es importante y, de hecho, es un aspecto que suelen cuidar los practicantes profesionales de los eSports para rendir a mayor nivel.
El apoyo gubernamental es crucial. La lista de países que reconocen a los eSports como deporte oficial tiene mucho peso en el mundo. Corea del Sur, Suecia, Bulgaria, Gran Bretaña, Estados Unidos, China, Malasia, Finlandia, Francia y Alemania componen un grupo de naciones que pueden dar más notoriedad a los eSports.
El deporte crea referentes y los eSports están dentro de esta pauta. Los mejores del mundo cuentan con una legión de fans que sigue sus progresos y los más dotados tienen su recompensa. Kuro Takhasomi, Amer Barqawi, Shaail Arora, Ivan Ivanov o Lasse Urpalaien son los mejor pagados entre los hombres, mientras que Shasha Hostyn, Katherine Gunn, Ricki Ortiz, Marjorie Bartell y Shara Harrison, lo son entre las féminas.
El reclamo, aparte de la fama y de ser el mejor, se mide en monedas. El mayor premio en un evento en los eSports fueron los 24,5 millones de dólares en The International 2017, DOTA 2.
