Pulso entre Sony y Nintendo

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La guerra de las portátiles

Zona Libre, Jueves, 21 de julio 2005

Aquí en España solemos estar siempre al final de la cola cuando
hablamos de las novedades tecnológicas, pero en el resto del mundo ya
se está produciendo una auténtica guerra entre la Nintendo DS y la
Sony PSP. Aquí está a punto de comenzar.

Se ha producido este último año una gran revolución en el mundo de las
consolas portátiles, como no se había visto desde la aparición de la
GameBoy, en el 87. El gran avance tecnológico, con la incesable
tendencia a la miniaturización, ha permitido que los dispositivos
portátiles superaran, con mucho, la función de entretenimiento banal,
de relativa baja calidad pero gran portabilidad.

Nintendo con su DS y Sony con su PSP, se enfrentan en una gran batalla
por el dominio de dicho mercado. De forma tan feroz que no dejan
ningún resquicio para intentonas de las demás compañías. Nokia ha
fracasado con la NGage, y ni siquiera parece haber lugar para la GP32
o la Gizmondo.

Nintendo, que siempre ha liderado el mercado de las portátiles, ha
optado por la renovación. Nuevos sistemas de juego. Pantalla táctil,
detección de voz y un sistema de dos pantallas. Sin duda original,
pero con tantas ventajas como inconvenientes. Las atípicas
características de la consola son una delicia para los creadores de
videojuegos, se supera la rigidez de los botones, permitiendo un
interface casi tan completo como en un PC.

Juegos de estrategia.
Pero, por otra parte, la mayoría de juegos son incapaces de aprovechar
las características de la DS: juegos de coches que tan solo utilizan
la pantalla táctil para moverse por los menús, juegos en los que la
doble pantalla sólo sirve para mostrar el mapa. Se pueden realizar
juegos hechos específicamente para jugar con la DS, pero muchos otros
juegos, por su diseño, no pueden explotar sus características.

Sony, el aspirante al título, compite mediante una táctica conocida,
pero siempre eficaz. La potencia bruta. Su consola es completamente
típica, pero con una potencia cercana a las actuales consolas de
sobremesa, con una calidad que no nos hubiéramos siquiera imaginado
tan sólo hace un par de años. Sencillamente espectacular, acompañado
de una descomunal pantalla y gran variedad de funciones multimedia.

{pag}La
potencia de la consola es tal que se puede portabilizar prácticamente
cualquier juego de las consolas de sobremesa a la PSP. Y no me refiero
a hacer una conversión, es decir, un juego de menor calidad pero con
un diseño parecido y el mismo título, sino un juego prácticamente
idéntico. La PSP hubiera sido la evolución normal del mundo de las
consolas si hubiera aparecido dentro de unos años. Pero esto también
implica ciertos inconvenientes. El precio, muy superior a la DS, junto
con un tamaño excesivamente grande para una cómoda portabilidad, y una
batería con menor autonomía que la de la DS, son grandes bazas que
quizás su supremacía técnica no podrá compensar.

De momento no parece haber ningún ganador claro, ni ninguna predicción
fiable, sobre dicha guerra. Nintendo argumenta mediante sus ventas
totales (que son mayores porque apareció antes) y Sony argumenta que
ahora vende más que Nintendo (que también es obvio, al aparecer
posteriormente). Y no es algo trivial, la supremacía de esta
generación de consolas portátiles puede orientar no sólo la consola
que prevalezca, sino la filosofía que se seguirá posteriormente en el
mundo de las consolas portátiles. Y quizás, de toda la industria del
entretenimiento electrónico.