Instaló una app en el teléfono para grabar sus conversaciones

Absuelta la madre que espiaba el móvil de su hija de 11 años

La mujer justificó que la niña, sufría alteraciones de ánimo y quería saber qué le pasaba

Absuelta la madre que espiaba el móvil de su hija de 11 años
Teléfono móvil, espía, escucha, grabación secreta. PD

El Ministerio Fiscal solicitaba cuatro años de prisión para la madre, que está separada del padre, que fue quien demandó

Lo contrario hubiera sido de coña, pero tan como está España y funcionan los juzgados, cualquier cosa parece ya posible.

En cualquier caso y produce alivio, está vez las cosas han sido como deben ser.

El juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona ha absuelto a una mujer de un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos por colocar una aplicación en el móvil de su hija, menor de edad, para grabar sus conversaciones telefónicas.

Un delito por el que el Ministerio Fiscal solicitaba cuatro años de prisión.

El juez considera probado que la acusada, que se encuentra separada de su expareja desde hace ocho años y tiene la custodia de la hija de ambos, colocó esta aplicación en el teléfono de su hija «con la intención de conocer lo que le estaba sucediendo a su hija».

La mujer alegaba que su hija que presentaba «alteraciones de ánimo, llorando en ocasiones después de hablar por teléfono» y mostraba «malestar y temor«, aunque se negaba a contar a su madre lo que le sucedía y había bajado rendimiento escolar.

La niña, que entonces tenía 11 años, había sido víctima de un episodio de ‘bullying’ que había conllevado su cambio de centro escolar.

Un año después, entre los días 25 de mayo y 5 de junio de 2015, la acusada instaló una app en el móvil de su hija que le permitía grabar las conversaciones de su hija menor de edad, aunque según admite el juez «sin conocimiento ni consentimiento» de la pequeña.

La mujer en julio del 2015 interpuso una denuncia contra el padre en la que le acusaba de maltrato a la menor. Un informe pericial psicológico de la menor señaló que no se detectaba situación de maltrato por parte del padre, y se concluía que éste ejercía «una sobrecarga y opresión en su hija para que se ocupe de determinadas cuestiones para las que no está psicológicamente ni evolutivamente preparada», y recomendaba que la niña recibiera tratamiento psicológico.

El procedimiento fue archivado definitivamente por auto de la Audiencia provincial de Navarra de 16 de febrero de 2016, que calificó los hechos imputados al padre de «moralmente reprobables», sin entidad suficiente para estimar que se trataba de un delito de maltrato o coacciones.

El padre, entonces, demandó a la madre por grabar las conversaciones de la hija. En esta ocasión, la sentencia considera que:

«Es altamente probable que la acusada actuara con la finalidad de descubrir qué le pasaba a su hija más allá de lo que esta pudiera tratar con su padre, afectando intencionadamente de forma directa a la intimidad de la menor, pero no así ni intencionadamente ni en forma directa, a la intimidad del denunciante, el padre de la menor».

SALVAGUARDAR A LA MENOR

Asimismo, señala que la finalidad de la acusada iba «más allá de evitar el cambio de custodia de la niña grabando sus conversaciones» sino que buscaba:

«salvaguardar a la menor frente a peligros a que pudiera enfrentarse, en los que concurría un posible riesgo para su integridad moral, y un riesgo cierto para su normal desarrollo psíquico».

«La falta de prueba respecto a qué era lo que grababa la aplicación instalada influye en la determinación del ánimo, de la intención de la acusada cuando la colocó».

«Es altamente probable que la acusada actuara con la finalidad de descubrir qué le pasaba a su hija más allá de lo que ésta pudiera tratar con su padre, afectando intencionadamente de forma directa a la intimidad de la menor, pero no así ni intencionadamente ni en forma directa, a la intimidad del denunciante, el padre de la niña».

Considera además acreditado que los datos «exponen un ánimo, una finalidad en la conducta que va más allá de evitar el cambio de custodia de la niña grabando sus conversaciones».

APLICACIONES DE CONTROL

En el mercado hay algunas aplicaciones de control parental que permiten a los padres espiar las conversaciones de los hijos, el envío de mensajes de texto, la lista, el remitente y la duración de las conversaciones de Whatsapp (que no el contenido porque la app encripta los mensajes enviados), el historial de navegación de páginas web y la localización del dispositivo, con un sistema GPS.

La más completas, como Teen Safe, incluyen también mensajes y actividad en Instagram, la opción de borrar mensajes en remoto y de bloquear a usuarios. La app fue desarrollada por una madre programadora.

En todas ellas, la app aparece en el menú de aplicaciones del móvil del hijo.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído