Es una costumbre muy extendida y entraña unos riesgos considerables, sobre todo si hay niños en casa. Cargamos el móvil y, cuando ya está listo, lo desenchufamos de la clavija dejando el enchufe de la pared sin quitar.
Courtney N. Davis, madre de la pequeña Gabby, ha publicado en Facebook las consecuencias de tan mala práctica. Esta mujer residente en Kentucky ha compartido su escalofriante experiencia, tal y como se hace eco ‘ABC‘.
«No iba a publicar esto, pero hablé del tema en un grupo de madres y comprobé que muchas no piensan dos veces en el peligro que puede suponer un cargador para un niño pequeño»,
comenta Courtney.
Su historia comienza el pasado 28 de septiembre, cuando Gabby hizo un gesto que repiten millones de niños en todo el planeta. Encontró algo y se lo llevó a la boca. Y por desgracia, ese algo era el extremo vacío de un cargador de móvil enchufado a la corriente.
«Otro día mi cargador no habría estado conectado y a su alcance, pero fue un día complicado y no pude moverlo. Apenas unos segundos bastaron para que se hiciese daño. Nunca antes se lo había llevado a la boca ni había jugado con él»,
sostiene la madre.
CÓMO CARGAR EL MÓVIL CUANDO NO HAY ELECTRICIDAD