Con la presencia del Cónsul General del Perú en España, Luis Arribasplata Campos, se dio por inaugurada el pasado 15 de julio, en una breve ceremonia la «Ruta del Ceviche y el Tiradito».
Tras las palabras de rigor de los organizadores del evento y de Magalli Ferrari, anfitriona de «El Inca», restaurante peruano más antiguo de Madrid, se procedió a degustar «lo que se pudo» de estos platos emblemáticos de la gastronomía peruana.
¿Lo que se pudo?…
Bueno, vamos a ver cómo lo explico porque la cosa es de traca. Y es que tenía que largarme donde sea a comer un buen ceviche y su respectiva chicha morada, para quitarme el mal rollo de lo que fue asistir a una cutre presentación de «La Ruta del ceviche y el tiradito», organizada por la Cámara de Comercio del Perú en España. La «ceremonia», o como se llame, se realizó en el Restaurante peruano El Inca.
Vamos a ver: NUNCA en mi vida había probado un «chupito de un chupito» de Pisco Sour. Creo que ser austeros no significa ser rácanos. En fin.
el pasado 15 de julio fui a cubrir un evento en el cual estaban cuatro gatos, al cual sumaron al nuevo Cónsul General del Perú en España (también asistió otro representante de la legación diplomática en Madrid), que lo invitaron para que los organizadores se hicieran la foto.
La presentación de una campaña, evento o lo que sea, en este caso: «La Ruta del Ceviche y el Tiradito» (platos emblemáticos de la gastronomía peruana), tiene que ser acorde con su importancia, y no a como estilan algunos que no se enteran, o no saben cómo tiene que ser la cosa.
En una mesa grande y larga había tres tristes platos ( y no tres tristes tigres…) para los invitados. Minutos después sumaron dos platos más. Pero, ojo, eran platos de una ración personal, o sea, como cuando te sirven un menú y te dan de primero un plato de ceviche.
La cosa era así de surrealista: había que pillar un plato grande para con un tenedor servirse los pocos mendrugos de ceviche que podías pillar. Jajajajjaa. Y claro, en tres minutos, ni siquiera cinco, ya no había ni ceviche, ni pisco. En ese momento todo el mundo se miraba a la cara como preguntándose: «¿Y qué coño es esto?»).
Pero, chorradas aparte, lo que indigna es que un evento de tal naturaleza no tenga poder de convocatoria. Y eso que en la web aseguraban que:
«Se contará con la presencia de un representante del cuerpo diplomático del Perú; con un representante CCPE, Aurelia Ramírez; representante de Restaurante, Sra. Magalli Ferrari; MEDIOS DE PRENSA e invitados».
Y lo cierto es que yo fui el único medio de prensa. Y claro, los organizadores querían (aparte de que les hice la foto de rigor para ilustrar mi nota) que les hiciera todas las fotos posibles. Tuve que decirles que YO NO SOY FOTOGRÁFO DE FIESTAS (con el máximo respeto a dichos fotógrafos que ejercen esta actividad), sino que he venido a cubrir un evento.
Ya que han pillado a treinta-y-tantos restaurantes y les han cobrado casi 100 euros por cabeza de inscripción para salir en la foto (no hubo representantes de ningún restaurante en dicha presentación, lo cual llama poderosamente la atención) la suma que han recopilado es importante. Con eso pueden contratar un fotógrafo, poner publicidad en los medios latinos, preparar un catering como merece la ocasión, y les queda y sobra mucha pasta para imprimir carteles o afiches promocionando est llamada «Ruta del ceviche y la madre que lo parió». Y aun así queda dinero para viajar a darse un chapuzón a Cancún en un resort de «todo incluido».
Creo que alguien tuvo la «brillante» idea, tras ver el éxito de la campaña emprendida por ATRÁPALO: esa la del » Restaurant Lover Week Madrid», que sería una buena idea hacer algo similar, pero quedó en eso. Soñar no cuesta nada.
Iniciativas de este tipo me parece bien. Y yo en todo lo que pueda apoyar apoyo, y nunca he pedido nada. Pero no me jodan con la movida mega cutre que montaron el pasado 15 de julio… ¡La cosa era Infumable!
Siempre he tenido presente que para hacer algo hay que saber, o al menos asesorarse. Esta máxima hay que tenerla presente, y no organizar adefesios como esta mega-cutre-presentación.
Calmé mis penas degustando un buen ceviche junto a una buena amistad en otro restaurante.
