La técnica no sustituye por completo los registros de seguridad, pero los minimiza porque permite ir dirigiendo a las personas que portan objetos sospechosos hacia la cola de seguridad y dejar pasar al resto con la seguridad de que no llevan nada peligroso.
Para hacerlo operativo es necesarioinstalar tres antenas WiFi adicionales y funciona sobre cualquier red existente. Es un sistema barato y permite detectar explosivos, armas, objetos voluminosos de metal y hasta ácidos o drogas.
Explica Carlos Zahumenszky en Gizmodo que el método es tan bueno que ya ha sido galardonado con el primer premio en la reciente Conferencia IEEE de Telecomunicaciones y Seguridad de Redes celebrada este año en Pekín.
La señal de las redes WiFi rebota en los objetos de cierta densidad, pero atraviesa los más finos y ligeros limpiamente.
Los investigadores han descubierto que las ondas de las redes WiFi penetran a la perfección en bolsas, maletas y mochilas.
Analizando la manera en la que rebotan en los objetos que hay dentro de estos contenedores, los autores del estudio han podido determinar si la mochila tiene objetos de metal o líquidos.
Las pruebas se han realizado con 15 objetos diferentes en seis tipos diferentes de bolsas, maletas y mochilas.
En bolsas de plástico, la precisión con la que se detectan objetos sospechosos como mecanismos electrónicos o explosivos es del 99%. Los objetos de metal se identifican en un 98%, y los líquidos en un 95%.
Esa efectividad se reduce a un 90% en maletas o si el objeto está envuelto en varias capas de materiales que dificulten el paso de las ondas. Con todo, sigue siendo una precisión más que aplicable en un entorno real.