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¿Quieres viajar en avión con tu gato pero no sabes cómo?

¿Quieres viajar en avión con tu gato pero no sabes cómo?
Gatunos Skyscanner

Es el dilema de siempre: llevarse o no al gato de viaje. Y si el caso fuera que quieres viajar en avión con tu gatuno y no sabes qué hacer, no te preocupes, los amigos de Skyscanner te cuentan cómo hacerlo de la forma más rápida, cómoda y económica posible.

Contacto Travellers @monzonpaul

Asegúrate de que la aerolínea permite volar con gatos

Si quieres viajar con tu mascota gatuna en el avión, lo primero que tienes que hacer es elegir una compañía que permita volar con gatos. A día de hoy, las aerolíneas no están obligadas a aceptar gatos ni en cabina ni en otras partes de la nave. Cada aerolínea es libre de decidir si los acepta o no y de poner sus propias normas al hacerlo. En el caso de que la aerolínea en cuestión acepte gatos -cada vez son más las compañías aéreas que aceptan a bordo mascotas en general y gatos en particular-, ten en cuenta que la compra del billete para viajar con tu gato puede requerir más tiempo que la compra de un billete normal, pues, generalmente, requiere la aprobación de instancias superiores.

Para saber si la compañía que quieres utilizar permite viajar con gatos en el avión, visita su página web o llama a su servicio de atención al cliente. Y sí, prepárate para hacer algún pago extra porque, casi en la totalidad de los casos, tu gato también paga billete de avión (aunque sea para volar en un trasportín a tus pies o en tu regazo).

Ten la documentación de tu gato en regla

Igual que las personas necesitan un DNI o un pasaporte para viajar en avión, lo necesitan los gatos. Y, ¡ojo! Porque cada país puede requerir la documentación que le parezca oportuna a la hora de permitir la entrada o no de un gato en su territorio. Por eso, antes de volar con tu gato debes informarte de qué requisitos administrativos debe cumplir. El sitio para informarte al respecto es la embajada de tu destino, donde podrán informarte. Consulta su web o llámales por teléfono.

Ahora, vueles donde vueles con tu gato necesitarás un pasaporte de mascota. Este pasaporte lo expide el veterinario y, generalmente, suele darlo cuando se le pone el chip al animal (vayas a viajar inminentemente o no). En este pasaporte se refleja el historial médico de tu gato (vacunas, tratamientos de desparasitación, intervenciones quirúrgicas, etc.). Puede darse el caso de que el país de destino exija otra documentación aparte del pasaporte de mascota, de ahí la importancia de informarse bien antes de volar y en una institución oficial. En el caso de los gatos, para volar por Europa es obligatorio tener pasaporte de mascota y la vacuna de la rabia. Otros países exigen además que el gato esté correctamente desparasitado (incluso con tratamientos específicos) o, incluso, pasar una cuarentena. Por eso, insistimos, consulta con la institución oficial pertinente cómo tienes que documentar a tu gato.

Elige un trasportín adecuado para volar con un gato

Después de asegurarte de que la aerolínea con la que quieres volar admite gatos y de que tienes toda la documentación gatuna necesaria para viajar, la tercera cosa más importante a la hora de volar con un gato es tener un trasportín adecuado, aquel que garantiza el máximo de comodidad a tu mascota y, a la vez, cumple las normas de la aerolínea que vas a utilizar. Cada compañía tiene sus normas, suelen ser muy concisas y, ¡muy escrupulosas con su cumplimiento!

En general, las aerolíneas suelen permitir llevar en cabina gatos que pesen hasta 7 y 8 kilos incluyendo el trasportín. Si tu gato y su trasportín pesan más que eso, probablemente no puedas llevarlos contigo en la cabina. Para saberlo, debes consultar con tu aerolínea que, cuando llames, te pedirá que le des las dimensiones y pesos de gato y trasportín (así que, cuando vayas a llamar, tenlas preparadas). Es verdad que, llegado el momento, las aerolíneas no se ponen a medir al milímetro los trasportines, pero es importante que tu trasportín pueda ir a tus pies, debajo del asiento delantero. Si no cabe, probablemente te obliguen a sacar el gato de la cabina.

Antes de volar, no atiborres a tu gato a comida y bebida

Antes de viajar con tu gato en avión no conviene que se dé un atracón de comida ni de bebida. Muchas aerolíneas recomiendan que el gato ayune al menos dos horas antes de comenzar el viaje, para que así no le entren ganas de hacer sus necesidades durante el mismo. Recuerda que en el avión no podrás llevar al gato a sus piedras y que, aunque el gato pueda aguantar mucho sin hacer pis, tampoco hay necesidad que lleve la vejiga llena durante horas. Un poco de dieta viajera no les hará mal.

Hay quien aboga por dar da tranquilizantes a sus gatos para que se duerman mientras viajan en avión. En general, los veterinarios no lo recomiendan y no resulta necesario. Aunque el gato no es fan de viajar (ni en coche, ni en barco, ni en avión, ni en ningún medio de transporte), quizá te sorprenda lo relativamente tranquilo que va en el avión. ¡Muchos gatos ni protestan!

El día que tenga que volar con tu gato, vete al aeropuerto con tiempo

Si vas a volar con tu gato en cabina, el animal también tendrá que pasar el control de seguridad. Por eso, conviene que vayas al aeropuerto con tiempo extra. Aunque depende un poco del personal de tierra con el que te toque lidiar ese día, generalmente tu gato no podrá pasar el control de seguridad dentro de su trasportín. Que no te sorprenda si te piden que lo saques de la bolsa, pasar la bolsa en los rayos X y pasar tú con el gato en brazos por el arco detector de metales. También puede ser que tengas que pasar sin gato por el detector de metales y que el gato quede en brazos de un agente de seguridad mientras esto sucede. Como consejo, intenta llevar al gato con una correa para aunque eche a correr -que no es lo normal porque está tan asustado por el ruido y la gente que el gato no quiere moverse- no se escape.

En las escalas, busca zonas para sacar a tu gato

Puede ser que tengas que hacer escala cuando viajes con tu gato. Si es tu caso, entérate de si en el aeropuerto hay algún tipo de patio o pequeño parque dentro de la terminal en el que puedas sacarlo un poco a que estire las patas. Si la escala es muy larga y tu terminal no dispone de patio o parque, quizá puedas salir al exterior. Ahora, tampoco te compliques mucho la vida, pues, seguramente, tu gato, al sentirse en territorio desconocido, no quiera salir del trasportín. No le fuerces. Mientras esté de viaje, el trasportín es la zona de confort de tu gato, ahí está mejor que en ningún sitio.

7. Si no es estrictamente necesario, no vueles con tu gato
Hasta aquí has leído todo lo necesario para volar con tu gato, pero queremos darte un último consejo: no vueles con tu gato si no es estrictamente necesario. Un gato no es un perro que está encantado de seguirte allá donde va. Un gato es un animal de costumbres que odia que le saquen de la rutina y lo paseen por sitios extraños. Todo lo nuevo lo aterra, lo hace sentir incómodo e indefenso. Lo estresa. Así que no te lleves a tu gato por capricho en avión. Hazlo si tienes que hacerlo, vuela con tu gato, pero si puedes evitarle ese trago al animal evítaselo. No te lo agradecerá, pero te odiará un poco menos.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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