El PSOE debe de corregir aquél ayer construyendo un nuevo hoy, de no hacerlo quedará esa mácula, ese desierto, y la democracia debe dar una respuesta a su propios errores. ¡Hágase!

El desierto del unicornio

Así trataron al unicornio lanzándolo al desierto de la expulsión, no eran sabios eran, quienes habían descubierto las vergüenzas de un pasado anclado, otros a un tiempo, desvelábamos "las coplas de Roldán"

El desierto del unicornio
Un agente de la Guardia Civil. EP

Hace ya treinta años que en la Guardia Civil que empezaba a ser democrática, apareció un grupo de compañeros que he denominado el unicornio, todos sabemos que es «una criatura mitológica» y que son nuestros guardias civiles represaliados, a día de hoy son un unicornio metafórico veloz en busca de la libertad y la justicia.

Lo escribía Sánchez Fornet en días pasado, hemos escrito demasiado, para despertar los sentires de los diferentes gobiernos y del Parlamento, para que se apruebe un gesto de reparación, porque nada hay mejor en democracia que estañar las heridas de la propia democracia.

Los guardias civiles represaliados, tienen ese camino largo en el desierto de la sordera gubernativa, dice mi hijo mayor que «en los hechos está el bien y el mal y quien no hace nada, ni hace bien ni hace mal», pasa en la vida en la nada.

Lo peor de todo, de ese pasado latente en este desierto donde se busca un oasis reparador y que devuelva la dignidad, y es que a muchos guardias que buscaban la ventana de la evolución y la libertad fueron tratados como enfermos mentales, se les ingresó en psiquiátricos, con unas actitudes desde el poder muy represivas, haciendo un símil de aquella que tuvo el rey Ramiro II el Monje de Aragón cortando las cabezas de las coles, y se recoge la leyenda de la Campana de Huesca, aunque sea una hipérbole literaria.

Como dice la canción «No estamos locos, sabemos lo que queremos» sabían lo que querían, modernizar el Cuerpo, donde quedaban vestigios de un tiempo que no debió de existir. En mi opinión fueron la avanzadilla de lo que hoy es el tejido asociativo en la Benemérita.

Decía Mateo Alemán en su Guzmán de Alfarache: «Lo prohibido despierta el apetito» y no hay nada que lo despierte más que la justicia, el progreso, y la libertad.

Y aquella cervantina cita de Cervantes, se materializó en algunos mandos de la Guardia Civil «la razón de la sinrazón» que sólo se pudo encontrar alivio en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¡Triste país en que la justicia se halla fuera de sus fronteras!

En aquellos años grises, que eran azules para la sociedad civil, la Institución no entendió el cambio, y tuvimos que repetir en defensa de aquellos compañeros la cita de Torcuato Luca de Tena: «Quizá la verdadera locura no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo ha tomado la inteligente resolución de volverse loca»

Así trataron al unicornio lanzándolo al desierto de la expulsión, no eran sabios eran, quienes habían descubierto las vergüenzas de un pasado anclado, otros a un tiempo, desvelábamos «las coplas de Roldán» Hasta quien esto escribe también fue un Unicornio en el mismo Centro Directivo, yo no cree asociaciones, fui en menor medida como Juan el Bautista «La voz que clamaba en el desierto» la palabra escrita, que como la de mi amigo Gabriel Celaya, «era un arma cargada de futuro», un futuro que empezó a materializarse en mi despedida profesional.

Fue un ayer de soledades, siempre se ha dado por locos a quienes intentaban dar un paso adelante, hoy existe otro marco del que fui testigo de su elaboración: La Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los Guardias Civiles, pero aquí escribo del ayer, los cuerpos sobreviven tras una intervención quirúrgica grave, pero queda la cicatriz y estos guardias civiles represaliados se la ven cada mañana, y existe otra, la que rota en sus cerebros y que no pueden aparcar en los anaqueles de sus memorias, suponiendo una angustia permanente.

Hoy, son mitos, por ello lo del Unicornio, vagando por el desierto, necesitan ser rehabilitados, porque es un acto de dignidad democrática.

El unicornio metafórico, fue un caballo demasiado veloz, en un Cuerpo de caminar lento hacia los hábitos democráticos. El PSOE debe de corregir aquél ayer construyendo un nuevo hoy, de no hacerlo quedará esa mácula, ese desierto, y la democracia debe dar una respuesta a su propios errores. ¡Hágase!

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