FRANCIA-MODA

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La mujer Kenzo hablará de amor en la primavera-verano 2006

Agencia EFE, Sábado, 8 de octubre 2005
Kenzo hablará de amor el próximo verano, y durante la primavera que le precederá, según anuncio hoy el modisto Antonio Marras, en su colección pret-a-porter para una mujer romántica, barroca y ante todo esteta.

Dos días antes de que concluya la intensa semana de desfiles de París, el artista italiano ofreció, como es su costumbre, uno de los grandes momentos de belleza de la temporada, tanto por sus creaciones indumentarias como por el escenario elegido.

Siempre diferente, para el verano 2006 Antonio Marras llevó a su público a Indochina, de la mano de "El amante", de Marguerite Duras.

La despedida fue triunfal, con nubes de polvo plateado, mientras descendían de un paquebote "felliniano" recién llegado al escenario todas las modelos que previamente habían desfilado sobre su pasarela portuaria.

Sobre este escenario teatral, cuyo telón de fondo fueron las olas, las nubes y las gaviotas, el primer modelo fue masculino: un traje pantalón oscuro sobre camisa blanca, portado por una mujer, al son de la célebre canción que a principios del siglo pasado cantaba Josephine Baker "J"ai deux amours" (Tengo dos amores, mi país y París").

El gusto por el disfraz masculino, muy presente en las colecciones de París, cerró también ésta, con un esmoquin portado con la pajarita desecha.

Justo antes, Antonio Marras acababa de presentar su modelo más aplaudido, un vestido largo beige de amplia falda con bordados de azabache.

El resto del desfile fue para las mezclas más osadas de estampados floreados y/o cuadros escoceses, con rayas, líneas, pastillas y figuras geométricas, en blanco, rojo, verde, crudo, azul metálico, rosa nacarado y chocolate.

Bordados de tapicería o de minerales preciosos, puntillas transparentes, trabajo de ganchillo y "jacquards", en algodón, tul, crepe de China o muselina dieron una ecléctica y barroca visión de lo que será la elegancia estival de Kenzo.

Los bolsos fueron piezas magistrales y también fundamentales en la estética de cada conjunto, al igual que las medias y los zapatos, estampados con motivos similares a las prendas que acompañaban.

La inspiración marina de Marras fue memorable, en sus conjuntos largos, de noche, pero rayados a la marinera, o en sus vestidos cortos y calados de ganchillo, en bandas crudo y marino.

En Nina Ricci, Lars Nilsson, quiso ante todo dar "un aire de emoción", mediante asociaciones de blanco y azul, sobre popelina, para crear vestidos ligeros pero estructurados a la vez.

Anchos tirantes gráficos, estampados de guirnaldas de flores y lluvia de estrellas, éstas últimas más o menos apreciadas por el público, algunos toques de rojo y de rosa boreal, no impidieron al modisto sueco darle a una parte de sus modelos el toque náutico que se revela ya imprescindible para el verano próximo.

De noche, el objetivo aéreo continuará, en vestidos de muselina y jersey de seda, plisados y vaporosos.

En conclusión, el de Nina Ricci será un estilo muy dulce, pero con muchas líneas, estructurado, a menudo con vestidos de talle alto, muy en la corriente de "mujer-niña" tan en boga también para la primavera-verano 2006.

Aquí con abundancia de nudos, en ocasiones cruzados en la espalda, y detalles muy gráficos, en contraste con la fluidez de las materias.

Hervé L. Leroux, para Guy Laroche, optó por ir en busca de una elegancia segura en la que el plisado y el vestido de tirantes, tanto de día como de noche podrá dar grandes resultados.

Gabardinas cortas color berenjena, pantalones blancos cortos portados con sahariana a juego, vestidos plisados de talle alto, cortos, o largos, también plisados, blancos, o blancos y negros, darán el toque Laroche a la mujer que lo desee.

Para Junko Shimada otro de los modistos que hoy presentó sus ideas en París junto con Yoichi Nagasawa, Lutz, Chloe, Hermes, Barbara Bui y John Galliano, el blanco se ribeteará de negro,y los pantalones cortos se llevarán con amplios guardapolvos y camisas en idénticos tejidos.

Los cuadros blancos y con verdes, rojos o azules metalizados fueron una de sus bellos hallazgos. El ombligo al aire y los escotes profundos, también.