El presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, lamenta, en una entrevista con el diario La
Vanguardia, que en el proceso de paz nunca ha tenido ni "el apoyo ni
la comprensión del PP, sólo insultos", y asegura que no se puede ser
presidente sin asumir riesgos "si quieres hacer y cambiar cosas".
En una extensa entrevista que hoy publica el diario barcelonés,
Zapatero aborda el inminente proceso de paz y la reforma del
Estatuto de Cataluña, dos asuntos que para el jefe del Ejecutivo,
"abordan grandes problemas pendientes".
Tal y como ya había adelantado en el Congreso esta semana, el
presidente del Gobierno reitera que abrirá el proceso de paz antes
de que acabe el mes de junio, ya que "estamos ante las mejores
condiciones que ha habido nunca", y recuerda que, a diferencia de la
tregua de 1998, en los últimos tres años no ha habido ninguna
víctima mortal de ETA.
Preguntado por la actitud que está adoptando el PP, Zapatero
acusa a la dirección del PP de actuar "a impulsos estridentes"
porque en su opinión, "tiene miedo a su futuro político", y
considera que el partido de Mariano Rajoy ha cometido "un error
profundo de análisis" de su derrota electoral del 14-M.
Sobre el Estatut, el presidente del Gobierno se compromete a
"cumplir su mandato", y destaca los "ataques y descalificaciones"
que ha sufrido por su apoyo a la reforma estatutaria.
El jefe del Ejecutivo cree que el "no" de ERC es un "no tímido",
porque "cuando uno va contra sus propios actos, se le nota", y
asegura que el debate estatutario traerá "una España más democrática
y una Cataluña más poderosa".
Las próximas elecciones catalanas también son analizadas por el
presidente del Gobierno, quien prefiere no pronunciarse sobre el
candidato que presentará el PSC, aunque recuerda que el ministro de
Industria, José Montilla, lleva dos años en el Gobierno y por ello
"no le podría poner mejor nota".
Tras reconocer que será respetuoso con la decisión que adopte el
PSC, también avanza que en el futuro procurará mantener buenas
relaciones tanto con CiU como con ERC.
Ya sobre la política económica, Zapatero reitera que los
fundamentos "son sólidos pese a todas las opiniones", asegura que
respetará la decisión de Gas Natural si finalmente decide retirar su
opa sobre Endesa y anuncia que antes de que acabe la legislatura
habrá una descentralización de AENA en la que participará la
iniciativa privada.
Asimismo, rechaza que hayan cambiado sus "convicciones" sobre la
energía nuclear y reitera que contempla su reducción progresiva.
Sobre el próximo relevo en el Banco de España, el jefe del
Gobierno niega que Miguel Angel Fernández Ordóñez vaya a ser "en
absoluto un gobernador partidista" y mantiene que tiene un
currículum "brillante e indiscutible".
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El presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, expresó su convencimiento de que la "gran
mayoría" de los españoles comparte que "merece la pena acometer la
tarea de hacer llegar la paz" y erradicar la violencia terrorista.
Esta fue la única referencia explícita que Zapatero hizo al
proceso de paz en el acto del PSC en Tarragona con motivo de la
campaña del referéndum sobre el Estatut, y en el que el ministro
José Montilla acusó al PP de "alentar movilizaciones contra el
terrorismo" y le pidió que se sume a los esfuerzos por la paz "con
generosidad y sin cicatería".
El jefe del Ejecutivo dijo estar convencido de que "la gran
mayoría de ciudadanos de este país está empeñada en ver el fin de la
violencia, de ver la paz en Euskadi y en toda España".
Añadió que esa gran mayoría de ciudadanos sabe el "dolor y el
horror" que ha tenido que sufrir España a consecuencia del
terrorismo y, por ello, sabe también "hasta qué punto merece la pena
acometer la tarea de hacer llegar la paz".
Zapatero no se refirió en ningún momento explícitamente a la
concentración convocada para ayer en Madrid por la Asociación de
Víctimas del Terrorismo y al hecho de que a ella tenga prevista su
asistencia la cúpula del Partido Popular.
Sin embargo, de forma general recordó las diversas
manifestaciones en las que han participado los dirigentes de este
partido contra políticas del Gobierno (como el apoyo al matrimonio
entre homosexuales o la defensa del Estatut) y dijo que le alegra
que "la derecha haya cogido la práctica de manifestarse".
"A tantos de ellos tantos años no les gustó...y a nosotros nos
alegra que disfruten del ejercicio democrático", añadió Zapatero.
En el acto de Tarragona intervino también el presidente de la
Generalitat, Pasqual Maragall, quien se refirió brevemente a la
situación abierta con el alto el fuego de ETA para confiar en que se
abra una nueva etapa en el País Vasco.
Más tiempo se detuvo ante esta cuestión el ministro de Industria
y primer secretario del PSC, José Montilla, quien trasladó a
Zapatero todo el apoyo de los socialistas catalanes y de Cataluña en
el esfuerzo que dijo que está realizando por la paz, y garantizó que
ese respaldo se mantendrá "al margen de lo que haga el PP".
El ministro de Industria acusó a este partido de "alentar
movilizaciones contra el terrorismo" y consideró una "paradoja" que
actúe de esa forma cuando la democracia española vive el periodo más
largo sin asesinatos de ETA.
"Qué paradoja en que quienes dicen que están contra el
terrorismo, no paren de movilizarse a los compases de un determinado
tertuliano", añadió.
Tras expresar la "vergüenza" que ello representa, aseguró que
todo el mundo espera que el PP recapacite y se sume a los esfuerzos
en la búsqueda de la paz "con generosidad y sin cicatería", como
dijo que lo hizo Zapatero en la oposición y lo hicieron los
dirigentes socialistas cuando el ex jefe del Ejecutivo José María
Aznar intentó el fin de ETA.
También el candidato del PSC a la alcaldía de Tarragona, Félix
Ballesteros, se refirió a este asunto expresando el apoyo "firme,
fiel y decidido" de Cataluña a Zapatero para intentar conseguir la
paz.
Ballesteros lamentó que es ese camino haya "algunos intolerantes
que anteponen sus intereses de partido", en alusión al PP, y confió
en que, finalmente, se sumen "al movimiento imparable de la marea de
la paz".
En el mitin, junto a las banderas con el "sí" al Estatut hubo
decenas de carteles con la palabra paz en castellano y en catalán.