El solterón celebra una gran fiesta

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Kevin Nadal, el hombre que se casó con ... Kevin Nadal

PD / Agencias, Jueves, 19 de mayo 2005
Es difícil saber qué decirle a un hombre que acaba de casarse consigo mismo. Ir con lo usual que es eso de "qué guapa la novia", no cuela, porque aquí el novio y la novia son una misma persona.

Escribe Sharon Krum en el británico The Guardian que, probablemente, lo más seguro sea preguntar si está contento con los regalos que recibió. “Ah, sí”, dice Kevin Nadal, que compone ambas mitades de la pareja feliz. “Me regalaron una grabadora de DVDs, una cortadora de barba, utensilios para cocina, vasos para Martini y un masajeador de espalda”, enumera como un chico después de Navidad.

“Ah, y pedí revistas pornográficas masculinas y también me las regalaron. No me puedo quejar. Me fue bastante bien”.

Pornografía como regalo de bodas tal vez no vaya de la mano de la convención, pero eso no es nada comparado con el “casamiento” que tuvo lugar hace unos días frente a 125 invitados en Nueva York. Fue allí donde Nadal, de 27 años, un artista gay norteamericano de origen filipino que está haciendo un doctorado en psicología, prometió amor eterno –“Yo, Kevin Nadal, me acepto a mí mismo, Kevin Nadal, y prometo estar unido tanto en la salud como en la enfermedad...”-, arrojó un ramo y luego partió a la madrugada. “Todo el mundo dijo que fue el mejor casamiento al que había ido”, dice con orgullo. “Incluso aunque, al principio, no entendían lo que intentaba hacer, al final cambiaron de opinión”.

Lo que intentaba hacer, dice, era montar un evento para celebrar la vida de soltero y destacar, al mismo tiempo, la discriminación contra los solteros. “Yo asistí a por lo menos una docena de bodas y compré toneladas de regalos para esas parejas. Y no me malinterpreten, me gusta hacerlo. Pero empecé a pensar: siempre celebramos la vida de casados, ¿por qué no la vida de solteros?"

“La gente soltera está marginada en nuestra cultura. Creen que uno no tiene el compromiso suficiente como para formar una pareja o que es demasiado exigente. A las mujeres les resulta difícil. Los hombres heterosexuales tienen pase libre y los felicitan si no se casan o forman pareja. Pero los homosexuales y las mujeres solteras estamos estigmatizados porque no tenemos pareja”.

Así, vestido con un traje blanco y una camisa roja, Nadal ocupó el centro de la escena, en el medio de una fiesta de casamiento que tuvo lugar en el loft que servía de departamento de Samantha en “Sex and the City”. Los únicos ausentes fueron sus padres. “Ellos son filipinos tradicionales y no habrían entendido nada. Les dije que estaba organizando una fiesta de cumpleaños”. Como muchos novios/novias, el gran día Nadal sufrió una crisis de nervios. “No me preocupaba si estaba cometiendo un error o si éste era el hombre con el que quería pasar el resto de mi vida”, se ríe. Estaba más preocupado por su traje blanco y por saber si se iría a casa con alguien al final de la noche.

Primero, Nadal dio un discurso sobre lo que significa para él ser soltero. “Les dije que significa ir enfermo a la farmacia a las 3 de la madrugada porque no hay nadie que vaya por nosotros, o salir en una primera cita con la esperanza de que esta vez funcione, para después regresar a casa sabiendo que eso no va a suceder. “Me sentí muy cómodo diciendo esto”, dice. “Y sentí al final de la noche que la gente entendía que la boda no era una excusa para organizar una fiesta, sino una manifestación personal. Sé que los dejó pensando”.
La única persona que puede competir con Nadal hasta la fecha es Jennifer Hoes, que se casó consigo misma el año pasado en la ciudad holandesa de Haarlem. La mujer de 30 años, que se prometió amor y respeto, le dijo a los diarios: “Vivimos en una sociedad individualista. Entonces es lógico que uno prometa ser fiel consigo mismo”. Hay un solo problema con la declaración de independencia de Nadal: si bien no tiene ningún interés en casarse en el sentido convencional del término, algún día tal vez conozca al Sr. Correcto. El matrimonio entre homosexuales podría ser una realidad nuevamente en Estados Unidos. Pero a Nadal esto parece tenerlo sin cuidado.

“Seré como cualquier otro cuando conozca a la persona correcta. Me casaré por segunda vez. Mucha gente va más de una vez al altar. Jennifer López, después de todo, se casa todo el tiempo”.