SUAREZ-HOMENAJE

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El Rey y todos los presidentes de la democracia elogian la figura política de Suárez

Agencia EFE, Jueves, 9 de junio 2005
El Rey y todos los presidentes de la democracia elogiaron hoy la figura de Adolfo Suárez en un homenaje en el que políticos, periodistas y amigos del ex presidente del Gobierno destacaron su lealtad, valentía, y sentido de Estado que permitieron la transición a la democracia en España.

En el homenaje al que fuera presidente del Gobierno desde 1976 hasta 1981, organizado por Luis del Olmo en "Punto Radio", participaron entre otros, Sabino Fernández Campo, Alberto Aza, Rodolfo Martín Villa, Jaime Lamo de Espinosa, Landelino Lavilla, Marcelino Oreja, y Santiago Carrillo.

Todos ellos destacaron el sentido de Estado, la valentía, el idealismo, las firmes convicciones democráticas o el "orgullo institucional" del ex presidente, quien permanece apartado de la vida pública por una enfermedad, una "demencia senil degenerativa" según explicó su hijo, Adolfo Suárez Illana.

El Rey elogió y agradeció, en un mensaje leído por el hijo de Suárez, la labor del ex presidente que permitió "la concordia nacional que hoy conocemos como transición" y un marco de convivencia, "el más largo y fructífero de nuestra historia moderna", gracias "a su fe en España y en los españoles".

Don Juan Carlos destacó el "calor de su amistad y afecto que se fraguaron a lo largo de los años", su "lealtad y abnegación al servicio de España y de la Corona", así como su talento, su espíritu integrador, su capacidad de escuchar a los demás, su prudencia e intuición "en las circunstancias más difíciles".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que España "le debe mucho" a Suárez, que encarna "una generación de valientes" que lucharon por la libertad y la reconciliación, y que lo hicieron "con honestidad" y que permitieron que hayamos vivido "los treinta años de más prosperidad, de más libertad y de más democracia" de nuestra historia.

"El Gobierno se quiere sumar a ese homenaje que ha de ser, ante todo, como aquellos que reconocen a las grandes figuras: sencillo y sentido", concluyó Zapatero.

José María Aznar recalcó que "el nacimiento de la España contemporánea, moderna y democrática" está asociado al nombre de Adolfo Suárez y añadió que la historia, al igual que él siempre ha hecho, "así se lo reconocerá".

"Los españoles tenemos motivos para sentirnos legítimamente orgulloso de él, y yo tengo muchos motivos para sentirme, no solamente orgulloso, sino en gran medida continuador de una gran tarea que comenzó en España en los años 77-78", remarcó Aznar.

Felipe González coincidió con Aznar en que Suárez fue una figura "clave" sin el que la transición "no tendría ninguna explicación razonable" y destacó la capacidad de "convencer y de encantar a corto" de un hombre que "era más de diálogo que de tribuna".

El ex jefe del Ejecutivo subrayó que Suárez "era y es una persona con un espíritu abierto y con una capacidad de diálogo y de entendimiento del otro muy importante", una actitud que, a su juicio, hace falta en estos momentos porque "de nuevo hay un ambiente excesivamente crispado" en España.

Leopoldo Calvo Sotelo reconoció que fue "muy difícil" suceder a Suárez al frente de la Presidencia del Gobierno, especialmente por el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, tras el que hubiera deseado que le hubiera podido "acompañar y asistir en aquél trance de devolver a los españoles la confianza en las libertades y en la democracia que habían perdido con el golpe".

Se refirió al momento en el que Suárez anunció su dimisión como presidente del Gobierno, el 29 de enero de 1981, y explicó que una decisión "tan grave" no se toma por un hecho concreto, sino "desde un estado de ánimo", provocado porque "se sintió no respetado", especialmente, dentro de UCD.

"Debió de sentir todo eso como una injusticia grave", dijo Calvo Sotelo, quien añadió que Suárez, "apoyado" por el Rey, fue el "director de una orquesta en la que hubo muchos músicos" y el que "llevaba sobre sus hombros aquella transición".