MADRID, 21 (OTR/PRESS) Llevado sin duda de una buena voluntad que a mí se me antoja errónea, el Gobierno de España se empeña en que nada ocurre y, por tanto, lo urgente es, como decía Pío Cabanillas, esperar. No se sabe a qué, o a quién, o cuándo. Y, como, según la tesis oficial, nada ocurre, nada debe cambiar, contradiciendo a Lampedusa, a quien, no sé si con exactitud, se le atribuye