Tan cierto es que en las movilizaciones callejeras de Cataluña hay de todo, desde furibundos independentistas hasta templados burgueses, y pijos, y ácratas, y parados, y señoras, y ciclistas, y charnegos, y "hipsters", y profesores, o sea, de todo, como que en la calle ese todo deviene en una masa informe, sin siluetas ni perfiles, que secunda (no que protagoniza, sino que secunda)