He tenido buenas, malas y regulares relaciones con los presidentes del Madrid. Y si las he tenido regulares y malas es porque en algunas ocasiones he publicado cosas que no les hacían gracia
‘Hala Madrid’ es un texto que sólo podría haber firmado alguien como Tomás Roncero. Sincero y apasionado, el libro, escrito con la colaboración de Luis Conde-Salazar, recoge la mayor pasión del periodista: el Real Madrid.
Aunque manchego de nacimiento, Roncero se crió en Carabanchel, un barrio que por entonces era «territorio hostil» para los madridistas ya que había una mayoría de aficionados al Atlético, dada la cercanía de la zona con el Vicente Calderón:
Ahora la cosa está más equilibrada, pero antes, sin exagerar, uno de cada cuatro era del Madrid y tres del Atleti. Había que tener en cuenta como era Madrid socialmente en esa época. Los madridistas estaban más localizados en el norte y los atléticos en el sur por la cercanía geográfica. Pero mi padre me había inculcado el madridismo.
En el año 75, el Madrid ganó la Liga y puse una bandera del Madrid en el balcón de casa. A los diez minutos tiraron una piedra y se rompió el cristal. Mi madre me echó la bronca. Pero ahora sigo yendo a casa de mis padres cada dos semanas y la cosa ha cambiado muchísimo, debe estar en empate. Ahora en Carabanchel hay muchos madridistas.
CORRESPONSAL DE MUNDO DEPORTIVO Y LA VANGUARDIA
Aunque las generaciones de aficionados más jóvenes conocen a Roncero por su trabajo en el AS y sus colaboraciones en ‘Carrusel Deportivo’ y ‘Punto Pelota’, Tomás Roncero se inició en el mundo del periodismo en medios catalanes como ‘Mundo Deportivo’ y ‘La Vanguardia’:
Con un matiz muy claro, que es que cubría a los equipos de Madrid. Siempre he vivido en Madrid, y resulta que yo estaba en la facultad y un compañero, Jesús Alcaide [actualmente, periodista de El Mundo] quería cogerse vacaciones, entonces me ofreció la corresponsalía para cubrir la información del Madrid, el Atleti y el Rayo.
Después empecé en ‘La Vanguardia’. Era una corresponsalía muy bien pagada, pero al final se dieron cuenta de que era un cante. Cada vez lo pasaba peor, porque la linea editorial de La Vanguardia era muy pro-Barça y anti-Madrid. Curiosamente siempre intenté mantener las formas y el día que me despedí, el redactor-jefe me dijo: «Yo siempre creí que eras del Atleti». Para que veas lo profesional que era. Estuvo bien porque me permitió conocer mejor a la prensa de Barcelona desde dentro y allí vi que la rivalidad con el Madrid era brutal.
«JOSE ANTONIO LUQUE , QUE ME FICHÓ PARA ONDA CERO, ME PIDIÓ QUE NO FUERA TAN MODERADO»
Tras abandonar a los citados medios catalanes, Roncero acabó fichando por ‘El Mundo’ y colaborando con Onda Cero. Mientras en el periódico de Pedrojota Ramírez se le advertía de que pusiera freno a su pasión, en la emisora, sin embargo, su mentor José Antonio Luque le pedía que fuera él, tal y como lo conocía:
Tuve un cruce emocional y profesional. En 1995, José Antonio Luque me llama para participar en la tertulia de ‘El Penalti’ de Onda Cero. Nunca había hecho radio y me parecía una locura. A su vez, estaba en El Mundo y la gente era muy comedida en sus reacciones. Entonces, los primeros meses en Onda Cero estuve muy correcto, hasta que Luque me llama un día y me dice que está preocupado conmigo: «Estás siendo demasiado correcto. No quiero que seas así. Quiero ver al que va a las comidas de la Federación o de la Liga y defiende al Madrid».
A mi eso no me costaba hacerlo, porque es como pensaba y pienso. Esto llegó a un punto salvaje en Amsterdam durante ‘La Séptima’. Seis meses antes, en un acto de fe, me pedí esa semana de vacaciones porque sabía que El Mundo no me iba a mandar [a cubrir la final contra la Juve] porque yo hacía la información de baloncesto. Tras muchas peripecias, ese día con Alfredo Duro y ebrio de emoción, nos pusimos a cantar el ‘We are the Champions’ medio afónicos y emocionados. Al día siguiente, uno de los jefes, cuyo nombre voy a evitar decir, que tenía en ‘El Mundo’ me dijo: «No sé si los sabes, pero vas a tener problemas porque anoche te escuché y me dio vergüenza ajena. Un periodista no puede ser un hooligan. Me pareció patético y un periodista no debe mostrar sus sentimientos». Estaba tan eufórico con ‘La Séptima’ que le dije que se lo comentara a Pedrojota y que si me tenía que echar, que lo hiciera. Se lo acabó diciendo pero a él no le importó y seguí tres años más allí antes de irme al ‘As’.
¿DEBE UN PERIODISTA MOSTRAR SUS COLORES?
Es la eterna pregunta, pues mucha gente considera que el periodista, si quiere parecer neutral, debe evitar mostrar sus colores con tanta naturalidad:
Entiendo que haya periodistas a los que no les parezca bien. Es lo que siempre se ha dicho de la objetividad periodística, que es una especie de legitimidad del profesional. No creo que haya que engañar a la gente. Yo voy a hacer bien mi trabajo y además no voy a esconder que soy del Madrid. Ahora en el As estoy más legitimado moralmente porque es un periódico deportivo para gente pasional enfocado en un alto porcentaje hacia la gente del Madrid. Es noble que la gente que hace la información del Madrid, esté identificado con el club. Así, el lector, que es madridista, se identifica también con el que escribe. De pequeño me fastidiaban mucho esos periodistas a los que se le notaba de que equipo eran, pero lo intentaban disimular.
He tenido buenas, malas y regulares relaciones con los presidentes del Madrid. Y si las he tenido regulares y malas es porque en algunas ocasiones he publicado cosas que no les hacían gracia. Nunca he sido un periodista de cámara. Este mismo año, yo soy muy de Mourinho, pero un día en Punto Pelota me calenté cuando Mourinho dijo aquello de que él no escuchaba al Bernabéu. Me puse muy vehemente y Mourinho se quedó dolido, pero yo quería darle a entender que el madridista es sagrado.
¿ACEPTARÍA SER EL DIRCOM DEL REAL MADRID?
Muchos aficionados podrán pensar que el sueño de Tomás Roncero podría ser trabajar para el club de sus amores. No en vano, muchos periodistas como él, que pasaron muchos años cubriendo la información del equipo blanco, acabaron ‘cambiando de acera’ para irse a trabajar al gabinete de comunicación del conjunto merengue:
Ofertas formales no he tenido nunca, pero tanteos sí. Pero ellos mismos se han dado cuenta de que yo puedo ayudar más al Madrid desde fuera. Yo disfruto como un enano con las visitas a las peñas, algo que no podría hacer siendo un asalariado del club. No puntuaría. La gente diría «éste que va a decir si le está pagando el club».
Siendo tan madridista sería el último sitio donde querría trabajar. Al Madrid lo veo como una divinidad, como lo más grande que ha existido en el fútbol. Y entonces me da miedo estar dentro y ver las miserias humanas. Gente que a lo mejor no quiere tanto al Madrid como yo me creía. Esas cosas me harían daño por dentro. Prefiero seguir desde lejos viendo al Madrid como una deidad
**Entrevista realizada con la colaboración de Roberto Cid-Rascón e Irene Ramírez.