Ha vuelto a suceder; la violencia ensucia la fiesta deportiva. (Un hincha del Atlético cosido con tres puñaladas a las puertas del Wanda Metropolitano)
La lacra de la violencia en el fútbol no cesa, y reyertas y batallas campales entre hinchas rivales siguen siendo frecuentes en Europa al fragor de las competiciones continentales.
Anoche, dos aficionados del Sevilla fueron apuñalados en Roma en el transcurso de una multitudinaria pelea que tuvo lugar horas antes del partido que hoy disputan el Sevilla y la Lazio, correspondiente a la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa.
La reyerta se saldó con el lamentable balance de cuatro heridos por arma blanca, dos de ellos del Sevilla, que tuvieron que ser trasladados al hospital Santo Spirito con pronóstico grave. Uno de ellos se encuentra en condiciones particularmente preocupantes. Los otros dos heridos son un estadounidense y un inglés, según recoge F. Báez en ABC.
La brutal pelea se produjo hacia las nueve y media de la noche, según informó el diario deportivo italiano «La Gazzetta dello Sport», y tuvo lugar en la calle Leonina, a pocos metros del Coliseo, en el distrito de Monti de la capital italiana.
Según el citado rotativo italiano, en su edición digital, la multitudinaria reyerta congregó a más de 40 aficionados de ambos equipos.
La ferocidad del choque entre las dos aficiones obligó a que numerosos seguidores del Sevilla tuvieran que buscar cobijo en el interior de los restaurantes que permanecían abiertos en la zona. (Detenido un ultra miembro de Suburbios Firm por coser a puñaladas a otro del Frente Atlético)
Según las primeras investigaciones, un grupo de hinchas atacaron, con el rostro cubierto y armados con porras y cuchillos, a unos chicos y aficionados sevillistas que se encontraban en la céntrica calle romana, hiriendo a algunos de ellos en las piernas. Un testigo de los hechos relataba lo sucedido al diario italiano «La Repubblica».
«Todo estaba tranquilo cuando se empezaron a oír gritos y ruidos de cristales rotos. Nos miramos y vimos a un grupo de muchachos encapuchados, armados con palos, porras y cinturones. Vimos a gente huyendo. Uno de los españoles estaba herido en las piernas. Estaba asustado y pedía ayuda».
