Toca el turno de hablar de los peores programas y series que ha dado la televisión durante el 2016. Muchos han sido buenos intentos, pero han fracasado tanto en calidad como en audiencia. ¿En qué se han equivocado las cadenas?
10. LA EMBAJADA
Que sí, que en una serie participa mucha gente y hay mucho curro detrás. Levantar un proyecto no es fácil y menos cuando el producto pasa por decenas de manos hasta llegar a un resultado no siempre satisfactorio. Pero estamos aquí para llamar la atención de lo que no se hace bien.
Prácticamente todas las series de Bambú han gustado. Unas más que otras pero todas tenían el denominador común de que estaban realizadas con mimo y visualmente eran exquisitas. Todas menos ‘La embajada’.
La idea de una ficción que abordase la corrupción política era prometedora y aunque muchos se quejasen de las historias amorosas, pagar el peaje de las tramas culebroneras es algo necesario en este país. No importa.
El problema es que la serie era aburrida. Mucho. Y encima no era agradable de ver. Si no se puede rodar en Tailandia, que no se haga, pero no intenten colar unos cromas del todo insuficientes.
Pero hasta los defectos visuales hubieran tenido un pase si no hubiese sido por la solemnidad del tono, por esos diálogos imposibles y su torpeza a la hora de montar las escenas. Todo allí resultaba falso. Y la audiencia, tras el primer episodio, se dio cuenta.
09. EL DELUXE
Se está hablando mucho últimamente de que gran dragón de Telecinco para la noche de los viernes se está desmoronando. La quinta edición de ‘Tu cara me suena’ le está haciendo añicos pero ese no el problema.
Lo que le pasa al ‘Deluxe’ es que no tiene contenidos potentes pero eso es momentáneo. Es una racha. Vamos a esperar a ‘GH VIP’ y a lo que Toño Sanchís puede confesar de Belén Esteban, por ejemplo. Estoy convencido de que dentro de poco hablaremos del renacimiento del programa.
Pero hay algo más preocupante. El show ha perdido su esencia de circo y se ha adentrado en terrenos excesivamente oscuros, virilizado por un morbo casi insano. Entre tanto drama, hay que inyectarle humor.
Y por último. Repetir que el ‘Deluxe’ es necesario. Es el único programa de prime -time que emite corazón, una industria de la que come mucha gente (incluido un servidor). Pedir su retirada sería hipócrita. A quien no le guste, que no lo vea.
08. HAZTE UN SELFIE
¿Un contenedor de entretenimiento en Cuatro compitiendo con ‘Sálvame’ (Telecinco) o con ‘Zapeando’ (laSexta) por las tardes? ¿Estamos locos o qué? ¿A quién se le ocurrió la idea? Ojo, ‘Hazte un selfie’ no es un mal programa. El problema es que no ha tenido la oportunidad de levantar la voz, de tener una identidad propia.
Para remontarlo, Mediaset ha ido dando palos de ciego (incluso metiendo a una Laura Matamoros que duró una emisión) pero no han funcionado. ¿Por qué? Porque un show así no tiene cabida en ese horario.
07. ‘ALGO PASA CON ANA’
La idea no podía ser más golosa: Un docureality sobre la vida de Ana Obregón. Genial. Eso podría ser oro puro. Qué ingenuos éramos.
El show de DKISS producido por Globomedia fue una oda al ego del personaje. No tenía ritmo ni naturalidad. Todo era para que Anita se sintiese una reina y no lo que es, un personaje encantador pero histriónico, friki.
El problema fue que ella no se dejó hacer. Que aprenda de ‘Las Campos’ ellas sí que han entrado en el juego y de qué manera.
06.’LO QUE ESCONDÍAN SUS OJOS’
La miniserie de Telecinco ha sido un éxito de audiencia pero no por ello es un buen producto. Más allá de la polémica por colocar al cuñado de Franco como héroe amoroso, la serie está mal realizada, mal escrita.
Es una ficción anclada en el pasado. Todo en ella huele a naftalina, a teatro de escuela. Y eso por no hablar de su protagonista masculino, Rubén Cortada, un actor que, simplemente no actúa.
Se libran de la quema, eso sí, Blanca Suárez y un grandioso Javier Gutiérrez.
05.’BUSCANDO EL NORTE’
Una buena idea desaprovechada. La adaptación para Antena 3 de la película de éxito, Perdiendo el norte’, parecía que tenía todas las armas para ganar, y lo hizo. Durante dos episodios.
Enseguida, la audiencia se percató de que ahí fallaba algo. El humor era de brocha gorda, los personajes eran caricaturas de sí mismos, los actores (exceptuando a Belén Cuesta) estaban en tonos diferentes y las tramas no tenían ni ritmo ni sentido. Una lástima. Podría haber funcionado.
04. ‘LIKES’
El magazín de 0# es una especie de ‘Sálvame’ hipster. Una aglomeración excesiva de colaboradores que hablan de cosas que se suponen que son muy cool pero de que las que no te enteras.
Con un sólo programa que se vea, el espectador acaba agotado de tanto ruido y de su presentadora, Raquel Sánchez Silva, cuya risa es capaz de romper cualquier televisor de plasma.
El único que se salvaba de la quema era Alberto Rey- era el que más contenido llevaba- pero hizo bien en cambiarse a ‘Pool Fiction’, programa también de Movistar+ que aunque es muy pequeñito, funciona por su sencillez y su humor.
03. ‘EL AMOR ESTÁ EN EL AIRE’
¿Juan y Medio presentando una especie de remake de ‘Lo que necesitas es amor? No, no estamos en 1992.
Antena 3 quiso, con ‘El amor está en el aire’ rescatar ese espíritu suyo que tanto daño le ha hecho peor confundió televisión familiar con caspa.
En una época en la que la principal cadena de Atresmedia emite cosas tan arriesgadas como ‘Vis a vis’, no entiendo por qué dieron un paso atrás con un producto tan decadente, tan anacrónico. Se puede hace entretenimiento familiar sin ser tan antiguo. Si no, que miren para ‘Tu cara me suena’.
02. ‘TOP DANCE’
Este es un caso muy parecido al anterior aunque más grave. ‘Top Dance’, el quiero y no puedo ser ‘La Voz’ pero con baile, fue uno de los programas más bochornosos del 2016. No tenía excusa.
El show estaba mal realizado (si lo que muestras es baile, los planos tienen que ser más abiertos, si no, no te enteras de nada) y la elección del jurado -Bustamante, Mónica Cruz y Rafael Amargo- quedaba anticuada.
01. ‘GRAN HERMANO 17’
Lo que se ha hecho en esta última edición no tiene nombre. El error no ha sido cambiar a Mercedes Milá por Jorge Javier Vázquez. Lo malo es que al nuevo presentador le ha tocado el marrón de conducir un reality venido a menos y con uno de los peores castings jamás realizados.
El fracaso del programa ha servido de aviso a Telecinco. Se acabaron las broncas y el oscurantismo. Queremos polémicas pero con humor, con vida. Este año, la casa de Guadalix parecía una reunión de zombies hambrientos, pero zombies al fin y al cabo.