El 24 de febrero de 2017 Periodista Digital viajó a Barcelona para asistir a la segunda semifinal de ‘Tu cara me suena’ en directo. Hablamos con casi todos sus protagonistas y descubrimos lo que no se ve de un show que bate todos los récords de audiencia.
Nunca he sido muy fan (por ser amable) de ‘Tu cara me suena’. Reconozco su valor como producto pero no soy target. No conecto con ese ‘buenrollismo’ que se me antoja impostado, irritante. No me lo creía. Hablo en pasado por que, aunque no vaya ser un devoto del show, ahora puedo decir que sí, que lo que se ve en casa es cierto, que hay buen rollo, que el programa es adictivo y hay un talento detrás encomiable.
Llegamos a eso de las 15.00 horas al plató en Sant Just Desvern (Barcelona). Un espacio mítico, con historia, en el que programas de la altura de ‘Operación Triunfo’ han cedido el testigo a ‘Tu cara me suena’, un show que, como aquel de TVE, ha revolucionado el entretenimiento televisivo.
ASÍ ENSAYAN LAS ESTRELLAS: ¿HAY BUEN ROLLO?
Desde que llegamos a la ciudad condal, seguimos un cerradísimo horario. Todo está perfectamente planificado, no hay tiempos muertos. (Una vez más, gracias al equipo de Atresmedia por el trato recibido). En primer lugar, el ensayo de la gala.
Sobra decir que cualquier plató de televisión siempre es mucho más pequeño que como se muestra en pantalla. Pero aún con eso, el de ‘Tu cara me suena’ impresiona.
Corremos todos a hacernos fotos y a los tres minutos entra Esther Arroyo para preparar su ‘Smile’ de Judy Garland. No está mal. Nada más terminar, la modelo y actriz corre a preguntarnos qué nos ha parecido y a pedirnos que no la juzguemos, que estaba muy nerviosa.
Entre ensayo y ensayo nos damos una idea de cuál es el ambiente entre bambalinas. Todos se saludan con cariño. Se ríen, preparan la voz, se dan ánimos y se aconsejan.
LORENA, NUESTRA FAVORITA
Y llega nuestro descubrimiento, la mujer que nos ha conquistado a todos: Lorena Gómez. En serio, la cantante es un encanto. Suele ocurrir que los artistas son excesivamente amables con la prensa (y nosotros con ellos) por puro interés. Es normal y lógico. Pero a Lorena me la creo. De hecho, al día siguiente en el tren, viajamos juntos y es ella la que nos busca, la que nos saluda uno a uno y nos habla sin tapujos del programa, sus compañeros y su carrera.
Pero volvamos a los ensayos. La que horas más tarde se convertiría en la actuación de la noche, prepara su ‘My Way’ en la piel de Shirley Bassey. Es estupenda pero la mitad de buena de lo que será luego, en directo. Es más, su actuación, la que se vio por la tele, fue la única que nos hizo levantarnos a todos de manera voluntaria y entusiasta.
Y si ya en los ensayos Lorena nos sedujo, en la entrevista que le hacemos en corrillo, nos conquista. Ya caracterizada, la exganadora de ‘OT’ nos contesta a todo. Se muestra humilde con las buenas críticas recibidas y es prudente ante los que la señalan como favorita para ganar. Para un servidor lo es.
Ah, se me olvidaba. Lorena también aclara, con una sonrisa pero hablando en serio, que lo publicado días antes de que tenía que ayudar económicamente a sus padres no es verdad, que simplemente les había hecho un regalo y que su familia, aún no siendo muy pudiente, nunca ha padecido necesitaba.
BLAS, LA GRAN SORPRESA
Pero si ha habido alguien que ha destacado en la quinta edición de ‘TCMS’ ese es Blas Cantó. El miembro de ‘Auryn’ es el que mejor imita, el que más técnica tiene, quizá menos corazón que Lorena en el escenario, pero no cabe duda que el joven nos ha dejado, cada semana, con la boca abierta.
Cantó llega a la entrevista como un divo. Intenso, pagado de sí mismo. Pero, de repente, se relaja y nos regala, posiblemente, la mejor charla de todos. Descubrimos a un Blas simpatiquísimo, con un humor impecable, generoso, sorprendente. De verdad, es para llevárselo a casa y ponerle en la mesilla de noche.
LA GRAN YOLANDA RAMOS
Es la que peor canta y lo sabe. Su papel en el programa es el de bufón y está encantado con él. Yolanda Ramos no se corta. Le preguntas sobre ‘Hable con ellas’ (T5) y te cuenta que era un programa «muy duro» y que no se arrepiente de haberse enfrentado a José Luis Moreno, que simplemente denunció algo que le parecía «muy grave» (le recordó al productor que hace años trabajó para él y que no le pagó).
Ramos es tronchante. Te toca mientras habla, te abraza, suelta todo lo que se le pasa por la cabeza y luego se arrepiente. Es fantástica.
CHENOA, LA TENSA, Y DAVID… ¿QUIÉN?
Unos días antes saltó el rumor de que La jueza de ‘TCMS’, Chenoa, y el concursante, David Guapo, mantenían un romance. Ella lo ha negado y cuando la entrevistamos amenaza con irse. Dice no querer repetir más lo que ya les ha dicho a los paparazzi. Se le nota tensa, incómoda. No es la Chenoa divertida y generosa de otras ocasiones.
Con David Guapo no hablamos (ni con él ni con Beatriz Luengo ni con Lolita, que estaban apuradas de tiempo). Un momento. ¿Quién es este tipo? Ah, el exnovio de Ares Teixidó (‘GH VIP 3′). Sinceramente, yo no le conocía de otra cosa. Sé que es humorista pero nunca he visto un espectáculo suyo. Hoy por hoy, es el peor concursante de ‘TCMS’ con diferencia. Ni canta, ni imita, ni es gracioso.
Y de acuerdo que no quieran hablar de su ‘no relación’ ante la prensa pero que no se molesten tanto cuando se pasaron las 3 horas de la gala bromeando sobre el asunto.
DE LA INSEGURIDAD DE ROSA A LA ‘NO ENFERMEDAD’ DE ÁNGEL LLÁCER
Y del resto de entrevistas, destacar a Canco Rodríguez, correcto y humilde, a una Rosa López, insegura e inocente, y a Ángel Llácer, muy divo él, que dejó claro que no tenía ninguna enfermedad grave, tal y como había publicado la prensa días antes después de su ingreso hospitalario la semana anterior.
PERFECCIÓN EN LA GALA
A las 22:10 horas estábamos todos sentados en las gradas. De las tres horas que duró la gala destaco muchas cosas. A nuestra llegada, entre bambalinas, nos encontramos a Manel Fuentes (majo como pocos) tocando la guitarra y entonando un tema de Bruce Springsteen.
En primer lugar, el animador del público, Mateo, un showman absolutamente brillante, capaz de ‘someterte’ a sus órdenes mientras te hacía reír a carcajadas. Sin duda, el mejor que he visto nunca.
La profesionalidad del equipo técnico es insuperable. En serio. Había una coordinación perfecta, de cámaras, de los steady cam, y de los encargados de la escenografía, capaces de cambiar radicalmente el escenario en cuestión de minutos.
‘BUEN ROLLO’ DELANTE Y DETRÁS DE LA CÁMARA
A pesar de las 3 horas y de llevar un día agotador, la gala se me hizo mucho más amena de lo esperado.
A parte de lo que se emitió por televisión, quisiera destacar varias cosas. Primero, Rosa López lo hizo muy mal. No sé si se apreció desde casa pero desafinó muchísimo y casi no se movió en el escenario. Ella se perdió, como de costumbre, en su justificación, alegando que fue culpa del color negro de su vestido (¡!). Lo curioso es que ganó el voto popular. A ‘Rosa de España’ la siguen queriendo, lo haga bien o mal.
Ojo, también he de decir que Rosa no finge su victimismo. Es así tal cual se muestra. No hay impostura en sus lágrimas y en su modestia. Pero si esto es un concurso de talentos, sería injusto que ganase alguien que no está a la altura.
El ambiente entre los concursantes es excelente. Durante las pausas publicitarias tienen la misma camaradería que muestran cuando les enfocan.
Ah, y también vimos a Yotuel, el marido de Beatriz Luengo, quien, durante la publicidad, corría para besar y apoyar a su esposa.
Sólo me molestó lo que siempre me chirría del programa: que el jurado no juzga. No se toman en serio nada. Entiendo que quieran dar una imagen de positividad absoluta pero de ahí a pasarse el tiempo haciendo bromas que no tienen nada que ver con la música, hay un abismo.
Y terminamos la noche entusiasmados con Lorena y emocionados por un espectáculo que merece el éxito que tiene. Y repito, no era nada fan del formato.