Deporte internacional

La confesión de Tiger Woods: Explicó cómo pasó de ser arrestado por «alcohol y drogas» a ganar el Masters

El genial golfista ganó su primer torneo "major" en 11 años

La confesión de Tiger Woods: Explicó cómo pasó de ser arrestado por "alcohol y drogas" a ganar el Masters
Tiger Woods

«Apenas podía caminar. No podía sentarme. No podía acostarme. Realmente no podía hacer casi nada». Minutos después de ganar su quinto Masters, las palabras de Eldrick Tont Woods, nacido el 30 de diciembre de 1975 en Cypress, California, suenan épicas. De hecho, lo son. ( Este guardia de seguridad casi hiere accidentalmente a Tiger Woods en pleno partido )

Quizás nadie lo sepa mejor que los agentes que el 29 de mayo de 2017 lo hallaron dormido al volante de su vehículo en Jupiter, un pueblo de Florida, EEUU, donde Tiger tiene un restaurante («The Woods»). Se lo llevaron detenido por: «Conducir bajo el efecto de alcohol o drogas». (Tiger Woods retorna del abismo y gana su quinta chaqueta verde en el Masters de Augusta)

El «mugshot» -la foto que se toma al momento de fichar a los arrestados- mostraba un rostro desolado, dolorosamente coherente con la descripción de los policías. Horas después, se difundió un video aún más lapidario. El ex campeón intentaba responder al sencillo interrogatorio de los oficiales que lo habían encontrado, pero le resultaba casi imposible.

El informe policial agrega a sus dificultades para hablar algo que el mismo Woods repitió este domingo, tal vez en su hora más gloriosa: «Incapaz de caminar por sí mismo». Nadie en su sano juicio podía imaginar que este hombre, cuya imagen final de aquel 29 de mayo lo mostraba desplomado y esposado sobre una silla de la estación de policía, podía volver a colocarse la chaqueta verde con la que sueñan todos los golfistas del planeta.

El resultado final del análisis toxicológico desnudaba su verdadero problema: un dolor insoportable en la espalda que lo llevó a consumir un cóctel de medicamentos compuesto por Vicodin, un opiáceo usado como analgésico, y otras tres drogas cuyos nombres nunca fueron confirmados porque los agentes los escribieron mal: «Soloxex, Torix y Vioxx». En realidad, se cree que se referían a Solax o Solox, Etorix y Viox. Todos buscaban mitigar sus dolores e inflamaciones.

¿Qué ocurrió en los 685 días que pasaron entre esa imagen y las históricas postales del 14 de abril de 2019?

«Por suerte tuve la cirugía en mi espalda, lo que me dio la oportunidad de tener una vida normal. Pero de repente me dí cuenta de que en realidad podía hacer girar un palo de golf otra vez. Sentí que si podía lograr esto de alguna manera, todavía tenía las manos para hacerlo. El cuerpo no es el mismo que hace mucho tiempo, pero todavía tengo buenas manos», dijo poco después de ganar este domingo.

Por supuesto, las motivaciones no fueron sólo físicas. Para lograr uno de los regresos más dignos de una película que se recuerde en el deporte hay un trasfondo familiar que no quedó afuera de sus respuestas en la conferencia de prensa. Vale recordar que sus hijos nunca lo habían visto ganar un torneo grande: Woods ganó el último previo a este Masters, el Abierto de los Estados Unidos, en 2008. El pequeño Charlie es a quien se pudo ver con su emocionada abuela Kultida esperando para abrazar a su padre.

«Esto ha significado mucho para mí y mi familia, este torneo, y tener a todos aquí, es algo que nunca olvidaré jamás», balbuceó en el momento más emotivo de la conferencia.

Luego recordó: «Mi papá ya no está, pero mi mamá está aquí, 22 años después (de ganar su primer Masters, en 1997), y yo gané el torneo. Y luego, tener a Sam (su hijo mayor) y Charlie aquí… Estuvieron en el British Open el año pasado cuando tuve el liderazgo en los últimos nueve, y cometí algunos errores. Me costó la oportunidad de ganar el título de The Open. No iba a dejar que eso les sucediera dos veces… (se ríe). Que vean cómo es que su padre gane un gran campeonato. Espero que sea algo que nunca olviden».

Es difícil creer que esa película -apostamos a que más de un productor de Hollywood le ha pedido a su guionista favorito que comience a escribirla este mismo lunes- vaya a tener una página más gloriosa y sorprendente que la de este 14 de abril, pero ¿quién se atreve a asegurarlo? Esta es la hora del ridículo para las decenas de voces que vaticinaron que Woods jamás podría regresar al gran nivel, y sabemos de qué hablamos cuando hablamos de «gran nivel» si se trata de Tiger.

Hablamos del joven que ganó tres veces el Abierto de EEUU como amateur (’94, 95 y ’96) y que tras hacerse profesional tuvo su gran estallido en 1997, cuando apenas tenía 21 años, 3 meses y 4 días y se convirtió en el campeón más joven del Masters, con récord de diferencia de golpes (12) y el marcador más bajo (18 bajo par). Curiosamente, ahora es también el segundo más veterano con 43 años…

Es además el jugador que más tiempo lideró el ránking mundial (683 semanas) y el que lo hizo en más semanas consecutivas (281). El mismo que antes de los 30 años había ganado 46 torneos (el segundo es el mítico Jack Nicklaus, con apenas 30), y el que por primera vez logra ganar un torneo «major» viniendo desde atrás para superar al italiano Francesco Molinari.

Pero enumerar todas sus estadísticas no es el objetivo de esta nota. Se ha confirmado que en el golf, nada es imposible para Woods. En realidad, el hombre al que su padre rebautizó «Tigre» en honor a un vietnamita -el coronel Nguyen Phong- que le salvó la vida bajo el fuego del Vietcong, ha tachado la palabra «imposible» de su diccionario de vida.

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