Un militar con puño de hierro que no se ablanda ante nada; con un increíble historial a sus espaldas teñido de sangre y salpicado de anécdotas a cada cual más variopinta, y que en el año 1969 ayudó a Muamar el Gadafi a derrocar al Rey Idris de Libia.
Es el militar más poderoso del citado país. Se llama Jalifa Belqasim Haftar, y con el rango de Comandante de las Fuerzas Armadas, es desde Tobruk el máximo responsable de la sumaria ejecución de un total de 18 terroristas del ISIS, que campaban a sus anchas por este enclave norteafricano haciendo de las suyas.
El vídeo que acompaña estas líneas, publicado durante estas últimas horas en los canales menos accesibles y cuyo escenario es Bengasi, da cuenta de cómo está el panorama en esos lares. El caos impera desde el derrocamiento de Gadafi en 2011, dividido entre dos bloques antagónicos y con milicias de variado signo campando por sus respetos, mientras una facción del ejército islámico viene a enturbiar y complicar aún la situación.
La grabación ve la luz tras las declaraciones de Fayez al-Sarraj, Primer Ministro de Libia, confirmando que hablará con el mentado, en una reunión en la que participará Emmanuel Macron, presidente de Francia, durante esta semana.
Y es que la ejecución sumaria que nos ocupa, protagonizada por soldados libios que ejecutan a bocajarro a un grupo de yihadistas encapuchados, se produce poco después de que la Oficina de Derechos Humanos de la ONU denunciara el riesgo que corren prisioneros capturados por el Ejército Nacional Libio, que controla la parte este del país, de ser sometidos a torturas y hasta ejecuciones sumarias.
Desde la primavera de 2014, esas fuerzas están trenzadas en una guerra sin cuartel en Bengasi contra grupos yihadistas, entre los cuales figuran el Consejo de la Shoura de los revolucionarios de Bengasi, coalición de milicias islamistas a la que pertenecen presuntos miembros del autoprocamado Estado islámico y de Ansar Asharia, grupo libio cercano a Al Qaeda, disuelto recientemente.
