Es difícil hoy en día alcanzar un entendimiento de la actual situación de debilidad o fortaleza del régimen chavista en Venezuela, es un sistema que ya tiene 20 años en el poder, que para muchos está debilitado, que dada la crisis humanitaria que vive el país y la escasa popularidad de Maduro, es cuestión de tiempo para ver llegar la democracia a Venezuela. (Colombia aplaude a Francia por denunciar a Venezuela ante la CPI)
Tal como describe Daniel Lozano para El Mundo, el régimen venezolano ha tenido una de las peores semanas, y que internacionalmente se ha llevado una «avalancha de censuras globales y que culminaron el sábado con el apoyo de Francia a la demanda presentada ante la Corte Penal Internacional (CPI)». Ello a pesar de la intención de Nicolás Maduro de «vender» como una victoria chavista su participación y el resultado de la Asamblea General Nº 73 de la ONU.(El tirano Maduro asegura en la ONU que está dispuesto a reunirse y ‘dialogar’ con Trump)
El problema para la población venezolana está en como materializar el fracaso internacional de la «revolución» chavista en un cambio de presidente, pero también en un nuevo gobierno que cambie el sistema de incentivos en el país.
En este sentido, la abogada y escritora venezolana, Thays Peñalver ha advertido que es el mismo problema que ha sufrido Venezuela desde los tiempos de Hugo Chávez, que al fallecer, desembocó en el gobierno de Maduro y no en un cambio hacia una democracia moderna.
«Hoy recuerdo que en el año 2002 ‘El Universal’ tituló una entrevista que me hicieron de la siguiente manera: ‘Si será posible un chavismo sin Chávez'»
«Quería decir con esto que el adversario no sería en el futuro Chávez, sino el ‘sistema’ que estaba por crear con la ayuda de sus socios extranjeros. Porque en Venezuela existe la tesis de que la dictadura es del hombre y no del sistema que lo sostiene, y he allí la mayor de las tragedias, pues la fortaleza del dictador depende exactamente de las bases que lo sustentan. Y las bases inexorablemente comienzan desde abajo hacia arriba.» Aseveró.
También explicó Thays que «La tiranía del simplismo por ejemplo explica que la manera de comunicar del gobierno es ‘cínica’ o que el ‘carnet de la patria es un mecanismo de sumisión’. No hemos entendido y eso es un problema, que el régimen no habla con usted ni el carnet es para Usted aunque se lo saque, toda su fuerza comunicacional es hacia el sistema que ha creado, sus bases todas dependientes y las redes de apoyo que han tejido a lo largo de casi veinte años. ¿Qué es entonces el carnet de la patria? Nada menos que un mecanismo de adherencia a su sistema».(Antonio Ledezma: “Venezuela es un campo de concentración controlado por Maduro”)
Entonces el problema es mucho más denso que una declaración internacional, puesto que para que suceda un cambio de gobierno real en Venezuela se requiere que las acciones internacionales vayan de la mano con la gestión política que pueda hacer la oposición dentro de las fronteras del país.
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Al respecto, Thays añade que «cuando me dicen que se van como se fue Pinochet o Fujimori, lo que trato de exponer, es que quienes nos gobiernan saben perfectamente que perder su poder es prácticamente un suicidio, en otras palabras, bastantes promesas hizo la oposición a Fujimori y a Pinochet para que aceptara marcharse, pero la justicia les llegó igual y eso créanme, lo sabe perfectamente el alto chavismo».
Dicho esto, parece entonces que el éxito pasa por un cambio interno, pero más en la oposición que en el chavismo, se requiere que los diferentes grupos opositores dejen de hablar de opciones excluyentes y se acuerde una estrategia consensuada, que tome en cuenta todos las opciones para llegar al cambio que los venezolanos necesitan, y no solo pensar en «¿De qué tamaño será mi trozo del pastel?».(Trump: “Todas las opciones están sobre la mesa” para salir de la tiranía de Maduro)
Thays Peñalver señala una ruta que pudo ser, pero que aun está vigente «Creo que si la oposición hubiese entendido que su lucha era contra un sistema y no contra un hombre, que era necesario articular con la precisión de un reloj y jugar la política en todos los tableros, con suficiente elección (sabiendo los alcances reales y posibles) mucha calle y una buena y clara orientación, estaríamos hoy en una mejor posición».
Sin embargo, si no se articulan los esfuerzos y se construye una visión democrática del país, sobre la cual crear los cimientos del cambio, podrá seguir Maduro, o quizás dispongamos de nuevo gobernante como Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez o Tareck EL Aissami, pero que como dijo Javier Corrales no cambiaran el accionar comunista para detener el descenso de Venezuela al infierno.(The New York Times: Negligencia y maldad, las dos caras de Maduro para asfixiar a Venezuela, por Javier Corrales)
